Empresarios privados, cooperativistas mineros y organizaciones campesinas oficialistas anunciaron su apoyo al rechazo del gobierno de Evo Morales al aumento general de salarios del 15% que exigen los sindicatos bolivianos en huelga.
La confederación de empresarios privados calificó como "lo más saludable para el país y para los sectores productivos" la negativa presidencial al aumento general de salarios que exige la central obrera cuyos afiliados volvieron a realizar marchas en todo el país.
Organizaciones campesinas oficialistas declararon a su vez su
apoyo al aumento salarial del 10% que decretó el gobierno en
diciembre y anunciaron que "se movilizarán en cualquier momento"
contra las medidas obreras de presión.
En coincidencia con esos pronunciamientos, el viceministro de
Coordinación con los Movimientos Sociales, César Navarro,
denunció esta tarde que la protesta obrera "tiene connotaciones
políticas y eminentemente salarialistas" que afectan la imagen
del presidente.
Navarro dijo que los ministros "están listos" para volver a
negociar con la COB pero reiteró que es imposible dar un 15%
de aumento general en lugar del 10 que decretó el gobierno para
maestros, trabajadores de la salud, policías y militares.
El gobierno alega que un aumento general del 15% elevaría de
800 a 1.000 millones de dólares el déficit fiscal estimado
actualmente en 4,5% del PIB.
En coincidencia con la posición oficial, el presidente de la
Confederación de Empresarios Privados, Daniel Sánchez, dijo que
si el gobierno acepta la demanda laboral habrá "un impacto
negativo en la economía".
La Coordinadora Nacional para el Cambio (Conalcam) que apoya
al gobierno e integran sobre todo organizaciones campesinas
anunció que se movilizará contra la central obrera cuyos
afiliados siguen en huelga y movilizados en todo el país.
El dirigente campesino Roberto Coraite acusó a los
dirigentes obreros de "serviles de la oposición" y dijo que "por
cuestión estratégica" no darán a conocer cuándo iniciarán sus
propias movilizaciones.
Mientras tanto, ayer como lo hicieron los días anteriores,
miles de trabajadores volvieron a convulsionar con sus marchas y
bloqueos el centro de La Paz y las principales ciudades del
país.
Dirigentes de la COB anunciaron la llegada de un nuevo contingente de trabajadores de las minas para reforzar a los que están ya en La Paz desde hace diez días y aumentar las medidas de presión.
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