Enviar Nota | Imprimir

AMPLIARDilma Rousseff, estrechando la mano de Hu Jintao

Rousseff firma en China millonarios acuerdos en tecnología

China y Brasil firmaron millonarios acuerdos de cooperación tecnológica este martes durante la visita de la presidenta Dilma Rousseff a su principal socio comercial, al que le propuso un nuevo modelo de cooperación basado en productos de mayor valor agregado.

Entre los compromisos firmados destacan la venta de 35 aviones E190 del fabricante Embraer a empresas chinas, así como el acuerdo con la Corporación de la Industria de Aviación china (AVIC) para la producción del Legacy 600 en el país asiático.

Aunque no se dieron detalles sobre el valor de la operación de venta de aviones, ésta podría alcanzar, según el valor promedio de cada avión de unos 40 millones de dólares, cerca de los 1.400 millones.

La empresa de telefonía china Huawei anunció la decisión de construir un centro de investigación en la región de Sao Paulo, con inversiones de entre 300 y 400 millones de dólares, según confirmó la presidenta a la prensa en el hotel donde se hospeda al término de una cargada jornada de reuniones.

Rousseff también aseguró que la empresa Foxconn le había comunicado su interés en invertir en los próximos "cinco-seis años" 12.000 millones de dólares en la fabricación de aplicaciones para telefonía móvil e informática, como las pantallas para móviles. Se ha creado un grupo de trabajo para estudiar la puesta en marcha el proyecto, dijo.

Asimismo, el mercado chino se abrió finalmente a la carne de cerdo brasileña.

©AFP / Gustavo Izús

Los principales socios comerciales de Brasil: China, Estados Unidos y Argentina

Sólo en este campo de la tecnología, la ciencia y la innovación, la inversión china en Brasil como resultado de los acuerdos firmados en Pekín por las delegaciones de ambos países, superará los mil millones de dólares, según el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio exterior, Fernando Pimentel.

Otros contratos se firmaron en las áreas del petróleo, defensa, nanotecnología, recursos hídricos, normas fitosanitarias, tecnología agrícola y agricultura tropical, intercambios universitarios o de tecnología del bambú.

Desde su llegada a Pekín en esta primera visita al gigante asiático, Rousseff ha hecho hincapié en que quiere inaugurar una "nueva etapa en estas relaciones" y dar un "salto cualitativo" en el modelo existente que, no obstante, ha permitido pasar de unos intercambios comerciales de 2.300 millones de dólares en el 2000 a 56.400 millones en 2010.

En los dos últimos años China se convirtió en el principal destino de las exportaciones brasileñas y el primer inversor en Brasil, puestos que habían ocupado en los últimos años Estados Unidos y España. Las inversiones chinas se centran en las áreas petrolera, de tecnología agrícola y de producción de soja en Brasil.

©AFP/Pool / Ng Han Guan

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su homólogo chino, Hu Jintao

"Necesitamos ir más allá de la complementariedad de nuestras economías (...) para favorecer una relación dinámica, diversificada y equilibrada", dijo la presidenta de Brasil en la clausura de un foro que reunió a cerca de 240 empresarios que la han acompañado en este viaje y a decenas de socios chinos.

"La transformación de la agenda (exportadora) con productos de mayor valor agregado es el desafío para los próximos años" y uno de los "pilares" para la "sostenibilidad de la expansión del comercio bilateral", afirmó la presidenta.

Hasta ahora, las exportaciones de Brasil a China han consistido esencialmente en productos agrícolas y materias primas, en particular soja, mineral de hierro, petróleo y celulosa.

Los dos países, que junto con Rusia, India y desde hace poco Sudáfrica integran el bloque de los BRICS y cuyos presidentes se reúnen el jueves en la isla tropical de Hainan (sudeste de China), comparten intereses y visiones para la construcción de un nuevo orden internacional en foros como Naciones Unidas, el G20 o la OMC, así como en las conferencias sobre el clima.

Ambos países apoyaron la "reforma amplia de la ONU, incluido el aumento de la representación de los países en desarrollo en el Consejo de Seguridad como una prioridad", en la declaración conjunta emitida al final del encuentro.

Un puesto permanente en el Consejo de Seguridad es una vieja aspiración de Brasil.