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08/04/2011 - Kataplum-Plum

Tradición argentina entre títeres y marionetas

Interesante obra donde la tradición argentina está presente en cada escena. Hermosos muñecos, buen trabajo de dirección y un texto que en ningún momento subestima la inteligencia de los niños. Al final de la puesta, el elenco reparte un cuento que narra el final de la historia. Sábado y domingo a las 17 en el Orestes Caviglia. Comentario.

Kataplum-Plum, obra realizada por el Estable de Títeres y Marionetas de Tucumán y dirigida por Carlos López es un éxito entre los más chicos. Cada vez que sube a escena lo hace a sala llena con una aceptación total de este público nada fácil de conformar.

Esta obra se basa en la tradición oral de los pueblos originarios de América, los cuales “tuvieron la sabiduría de reinterpretar la visión de la eternidad a través de sus propias creencias, resaltando el propio ingenio antes de recurrir a fórmulas impuestas por una cultura diferente, en la cual es necesario recurrir a un poderoso para sentirse protegido”, explicó el director López.

Tres son los personajes, una señora, madre soltera que entre mate y mate conversa con su hija. Viven en el campo, pero la adolescente no deja de ser moderna con su celular, anhelando casarse con un hombre rico, que tenga todos los dientes de oro y así poder encontrar la felicidad.

El tercer personaje es un mago, que a primera vista aparenta ser el malo de la película. Los niños se dan cuenta al instante y, en no pocas oportunidades, les gritan a las mujeres que no se case porque este señor quiere engañarlas.

Una trama sencilla, que en ningún momento intenta tomarles el pelo a los pequeños, cosa que ocurre con frecuencia en este tipo de puestas.

Los muñecos y sus vestimentas son bellísimas, impecablemente cuidadas y producidas. Las voces de Héctor Lobo, Maximiliano Farber, Carolina Peñok y Romina Muñoz, siempre acorde a la situación, logran generar emoción en el espectador, sumado al excelente trabajo de musicalización y montaje sonoro a cargo de Roberto “Chicho” Ortega.

Las funciones se realizarán el sábado y domingo a las 17 en el Orestes Caviglia con entrada libre y gratuita. Deliciosa oportunidad para compartir arte del mejor con los niños. A la salida se reparte el programa. Adentro, un cuento que narra cómo termina la historia.

Sebastián Ganzburg