Por lo menos 11 niños de entre 12 y 14 años fueron asesinados y otros 13 resultaron heridos ayer en una escuela de Rio de Janeiro, donde un ex alumno de 23 años de la institución abrió fuego contra los estudiantes dentro de las aulas y luego de ser baleado por la policía se suicidó.
Es la primera masacre de este tipo que ocurre en Brasil, en conmoción por el episodio, cuyo autor, Wellington Menezes de Oliveira, dejó una carta testamento con referencias al fanatismo religioso, rechazando a los "impuros" y pidiendo que "Jesús lo despierte del sueño de la muerte a la vida".
La masacre ocurrió a las 8.30 (11.30 GMT) poco después del
ingreso de los niños a la Escuela Municipal Tasso de Silveira,
en el barrio de Ralengo, zona oeste de la capital carioca.
Cuatrocientos alumnos estudian allí, del cuarto al noveno
año. De los asesinados, 9 son niñas.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en Brasilia, suspendió un acto para dedicar un minuto de silencio, en llanto, "por los brasileritos que se fueron tan pronto" por un episodio, "que no es característico de la violencia en Brasil".
"Todos (debemos) estar unidos en repudio de este acto de violencia contra niños indefensos...este tipo de crimen no era característico en nuestro país" afirmó Rousseff, consternada por la noticia, consignó la agencia Ansa.
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