La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizará hoy un llamado a la acción para detener en forma coordinada la propagación de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), fenómeno que, según la entidad, amenaza con "retrotraer a la humanidad a la era preantibiótica".
La OMS comunicó que será necesario "implementar con suma urgencia respuestas multisectoriales" a escala mundial para combatir este azote que responde a muchos factores interrelacionados y que "ha puesto en peligro la eficacia de muchos medicamentos utilizados en el tratamiento de enfermedades infecciosas".
El riesgo de que muchas de ellas se vuelvan intratables, podría incluso echar por tierra lo que se ha conseguido para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud para 2015.
Cada año la OMS celebra el 7 de abril, Día Mundial de la Salud, con un lema diferente, centrado en el aspecto específico que resulta más preocupante en ese momento; el haber elegido en 2011 a la RAM -bajo la idea "si no actuamos hoy, no habrá cura mañana"-pone en evidencia la magnitud del problema.
En virtud de esto, mañana la OMS hará un llamamiento a la acción concertada para detener la propagación de la RAM y recomendará un conjunto de políticas de seis puntos para que los gobiernos hagan frente al problema.
Ese día también exhortará a los principales interesados directos —público en general, pacientes, personal sanitario, profesionales que recetan, farmacéuticos, dispensadores de medicamentos e industria farmacéutica— a que asuman su responsabilidad y actúen en consecuencia.
En julio de 1946, en Nueva York, los representantes de 61 países, reunidos en la Conferencia Sanitaria Internacional de las Naciones Unidas, acordaron la formación de un organismo sanitario mundial que unificaría a varias organizaciones preexistentes.
Este acuerdo se hizo efectivo el día 7 de abril de 1948, año en que la OMS se abocó a cuatro temas prioritarios: el paludismo, la tuberculosis, las enfermedades venéreas y la deficiente salud de madres y niños. A sesenta y tres años de entonces, la RAM amenaza hoy con volverlas vigente.
Por ejemplo, la OMS advirtió que cada año se producen unos 440.000 casos nuevos de tuberculosis multirresistente, que causan al menos 150.000 muertes; y que hoy es generalizada la resistencia a los antipalúdicos de la generación anterior, como la cloroquina o la sulfadoxina-pirimetamina, en la mayoría de los países donde el paludismo es endémico.
También informó que la RAM está afectando incluso el tratamiento de la infección por el VIH con algunos retrovirales y a la última generación de cefalosporinas orales usadas en casos de gonorrea, lo que aumenta las tasas de mortalidad y morbilidad por esta enfermedad y amenaza con echar por la borda lo ganado contra las infecciones venéreas.
Asimismo, la OMS considera que muchas infecciones hospitalarias se deben al Staphylococcus aureus, ahora resistente a la meticilina; o a los enterococos, resistentes a la vancomicina.
Advirtió que aparecieron nuevos mecanismos de resistencia, como la betalactamasa NDM-1, en varios bacilos gram-negativos, que puede volver ineficaces varios antibióticos potentes que se utilizan como última defensa frente a cepas bacterianas multirresistentes.
La OMS lamentó además el rápido aumento de la prevalencia de la resistencia al ciprofloxacino, el único antibiótico que esa entidad recomienda para tratar la diarrea sanguinolenta por Shigella, una vez que estos microorganismos adquieren una resistencia generalizada a otros antibióticos antes eficaces.
¿Por qué sucede esto? ¿Por qué un microorganismo deja de verse afectado por un antimicrobiano al que anteriormente era sensible? Una de las respuestas es que el uso inadecuado e irracional de los mismos crea condiciones favorables a la aparición, propagación y persistencia de microorganismos resistentes. Esto ocurre, por ejemplo, cuando los pacientes no toman el tratamiento completo o cuando dicho medicamento es de mala calidad.
La resistencia de los microorganismos -entre ellos las bacterias, los virus y algunos parásitos- surge por mutación o por adquisición de genes de resistencia, tras lo cual se vuelven inmunes a los efectos de los antibióticos, los antivíricos o los antipalúdicos.
De tal manera, los tratamientos habituales resultan ineficaces, las infecciones persisten y pueden transmitirse a otras personas e incluso matarlas.
La RAM también encarece la asistencia médica, sea porque hay que recurrir a productos complejos y más caros; o porque la prolongación de la enfermedad y del tratamiento, a menudo en hospitales, también aumenta los costos asistenciales y la carga económica sobre las familias y la sociedad.
No es todo: puede incluso hacer peligrar los adelantos de la medicina moderna, ya que la ausencia de antimicrobianos eficaces pondría en peligro el éxito de los trasplantes de órganos, la quimioterapia antineoplásica o las grandes intervenciones quirúrgicas.
Por último, globalización mediante, la RAM pone en riesgo la seguridad sanitaria y perjudica las economías, pues el aumento del intercambio comercial y de los viajes internacionales, hace que los microorganismos resistentes se propaguen rápidamente a países y continentes lejanos.(Télam)
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff