La presidenta brasileña Dilma Rousseff, cuyo mandato concluirá en 2014, dijo que cuatro años de gestión pueden ser insuficientes para alcanzar las metas establecidas en el combate contra la miseria.
"Tenemos un gran compromiso que es acabar con la miseria de nuestro Brasil (pero) puedo no lograr acabar con ella en mis cuatro años" señaló la mandataria, consignó ayer Estado de Sao Paulo.
La Constitución brasileña autoriza una reelección
presidencial luego haber sido reformada durante el gobierno del
ex mandatario Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), pero el
Senado analiza actualmente suprimir esa cláusula, y permitir
sólo un mandato.
Rousseff también elogió a su correligionario y ex mandatario
Luiz Lula da Silva, al decir que éste le dejó una "herencia"
positiva en la lucha contra la pobreza y subrayó que en el
gobierno anterior se dio "un salto" en las políticas sociales.
El número de personas que viven en la miseria se redujo de 30
millones a 17 millones durante la gestión de Lula según cifras
oficiales.
"Tengan la seguridad de que voy a honrar" el legado dejado por Lula, aseguró la mandataria al lanzar el programa Cigueña, que invertirá unos 5.000 millones hasta 2014 en asistencia a madres embarazadas y bebés.
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