Tras analizar muestras de veneno de la serpiente de Misiones, Entre Ríos, Formosa, Córdoba y Catamarca, un equipo de investigadores de la Universidad de Buenos Aires y el Ministerio de Salud demostró que tienen características y potencias tóxicas muy similares.
Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Bruno Geller
El veneno de una de las principales serpientes responsables de mordeduras en el país, la yarará chica, presenta similar toxicidad aunque los ofidios provengan de provincias distintas. Así lo comprobaron investigadores de la Facultad de Medicina de la UBA y del Ministerio de Salud de la Nación, quienes así confirmaron que no hace falta desarrollar antivenenos específicos para las distintas regiones.
Un estudio previo publicado en la revista científica Toxicon había demostrado variaciones tóxicas y bioquímicas en el veneno de la serpiente “yarará grande” (Bothrops alternatus), que se ha localizado en distintas provincias desde La Pampa hasta el norte de Argentina.
Los investigadores pensaban que con la yarará chica (Bothrops diporus), muy distribuida en la superficie del país, podía ocurrir un fenómeno similar. “Pero sucedió lo contrario”, afirmó a la Agencia CyTA el doctor Adolfo Rafael de Roodt, responsable del Laboratorio de Toxinopatología del Centro de Patología Experimental y Aplicada de la UBA. “Los venenos de las diferentes regiones (Misiones, Entre Ríos, Formosa, Córdoba y Catamarca) mostraron características y potencias tóxicas muy similares, con pocas diferencias cuali y cuantitativas respecto a las esperadas”.
El estudio –que también fue publicado en Toxicon- también confirmó que “el tipo de antiveneno que se utiliza regularmente es eficiente para neutralizar todas las actividades tóxicas examinadas”, subrayó De Roodt.
El veneno de las serpientes del género Bothrops, que en más del 70 por ciento de los casos atacan las piernas, puede provocar desde inflamación hasta ampollas sanguinolentas y necrosis. “Pueden ser de una gravedad tal que sin tratamiento puede llegar a perderse el miembro mordido”, explicó De Roodt. “Por otra parte, el veneno posee componentes que pueden provocar hipotensión (en algunos casos mortal) y hemorragias internas.”
No obstante, el investigador de la UBA indicó que si se recibe el tratamiento adecuado en tiempo y en forma, los daños son mínimos y la probabilidad de muerte “es bajísima”.
En el estudio, De Roodt y sus colegas usaron un antiveneno que se denomina “Bivalente”, producido por el Ministerio de Salud de la Nación, que se obtiene mediante la inmunización de equinos con venenos de las serpientes Bothrops alternatus y Bothrops neuwiedii. “El tratamiento ante el envenenamiento por la mordedura de Bothrops es la consulta inmediata al centro sanitario más cercano, la internación inmediata y colocación inmediata del antiveneno específico, en este caso, el mismo que se usó en el experimento”, concluyó el investigador.
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