El santo tucumano no da más. Hace rato llegó a su techo de rendimiento. Ayer se quedó otra vez con las manos vacías. No fue por culpa del árbitro sino por lo mal que jugó . Muchos errores locales permitieron que la visita ganara por 2 a 1. Vidal y Morales los goles de la Comisión de Actividades Infantiles, Bustos de penal el tanto del “Equipo de inactividades futbolísticas”. Insultos para todos los santos que estuvieron en la cancha.
Carlos Roldán lleva 25 partidos dirigiendo a un San Martín que hace mucho mostró su techo de rendimiento.
No juega a nada y por lógica no merece ganar. No inquieta al rival y este se agranda. No se hace fuerte y le faltan el respeto en cualquier cancha. Es un equipo sin variantes y se hace previsible. Le cuesta lastimar y lo hieren siempre. No tiene equipo y pierde con uno casi descendido. Y lo peor de todos ya no ilusiona ni a sus más fervientes fanáticos.
Para que analizar el partido que perdió, merecidamente, frente a un mediocre equipo como la CAI de Comodoro Rivadavia. Con los titulares o los suplentes San Martín no funciona bien. Es un conjunto anodino en casi todos sus partidos sean de local o visitantes.
Los jugadores dirigidos por José Rossi anoche borraron todo intento de los tucumanos. Fueron simples. Un medio campo sólido, claro, de buen pie, ordenado y con jugadores como Gil, Loncon y Vidal acompañados por un endiablado Malcorrán que , con la pinta y juego de un ala izquierda como lo de antes complicó a todos sus marcadores. Atrás no tuvieron gran trabajo ya que el local no hizo nada destacable para inquietar al arquero Alcain.
Carlos Roldán deberá observar con más detenimiento, si sigue en la conducción del plantel santo, las divisiones inferiores porque el alquiler de aquellos que el aprobó no están rindiendo adecuadamente. También hay varios que ya cumplieron su ciclo. Pensar en el próximo torneo será más saludable que seguir intentando jugar a algo en este.
Lo mal que jugó San Martín no justifica de ninguna manera los insultos que bajaron de las plateas. Así atrasan.
Carlos Roldán y el plantel por el formado no da para más. Los pretextos y excusas ya se agotaron. Ayer ni fue el referí, ni un goles anulados, ni goles no cobrados . El gran culpable de la derrota fue únicamente San Martín.
Daniel A. Villalba
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