La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, planteó al presidente de Estados Unidos Barack Obama, en el inicio de su gira por la región, la necesidad de derrumbar las "barreras" comerciales impuestas por Washington para avanzar en "una alianza estratégica" sobre la base de una relación "entre iguales".
La mandataria brasileña se quejó abiertamente de la depreciación del
dólar que, según sostuvo, "desgasta las buenas prácticas económicas", y
de las trabas impuestas por Washington a la importación de productos de
su país que demandan restablecer relaciones comerciales "más justas y
equilibradas".
Obama, quien inició una gira que lo llevará además
a Chile y El Salvador, llegó esta mañana a Brasilia con el principal
objetivo de profundizar los lazos políticos con la región y,
especialmente con Brasil, ampliar las relaciones económicas que le
permitan a las empresas de su país participar de los contratos
millonarios que se abren con la explotación petrolera, el mundial de
fútbol y los juegos olímpicos.
A la hora de los reclamos, en una
presentación conjunta ante la prensa, Rousseff planteó que "es
fundamental romper las trabas", al mencionar productos como el etanol,
el jugo de naranja y el acero entre los afectados por medidas
proteccionistas adoptadas por Estados Unidos, país con el cual Brasil
registró el año pasado un déficit comercial de más de 7.700 millones de
dólares.
En el campo político, la presidenta brasileña reiteró
públicamente la demanda de una "reforma fundamental" en la estructura de
las Naciones Unidas que incluya una ampliación del Consejo de Seguridad
con la inclusión de Brasil como miembro permanente, consignaron las
agencias, Brasil, Ansa y DPA.
"Lo que nos motiva no es el interés
menor de ocupación burocrática de espacios de representación, sino la
certeza de que un mundo más multilateral generará beneficios para la paz
y la armonía entre los pueblos".
La diplomacia brasileña esperaba un apoyo similar, abierto, dado a India en 2010 por Obama en su visita a Nueva Delhi.
El
presidente de Estados Unidos, sin embargo, afirmó que Brasil es "cada
vez más un líder mundial" y sostuvo que "aprecia las aspiraciones" del
país sudamericano para ser miembro permanente del Consejo de Seguridad
de la ONU, cuya ampliación, dijo, respaldará.
Si bien "reconoció"
el compromiso del país sudamericano en el terreno internacional, evitó
ofrecerle un apoyo explícito al reclamo de la presidenta Rousseff de
reconocer a Brasil como miembro permanente de la ONU, camino que ya
había iniciado su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva.
Obama fue
menos directo en su declaración pública, en la que se limitó a abogar
por una reforma de la ONU para volver el organismo "más eficaz,
eficiente y representativo".
Por otra parte, el mandatario
estadounidense expresó el interés de su país en convertirse en el futuro
en "un gran cliente" del petróleo que producirá Brasil en las
gigantescas reservas del yacimiento marítimo del pre-sal, y se manifestó
confiado en ambos países lograrán ampliar y profundizar su cooperación
económica en las próximas décadas.
Al mismo tiempo, afirmó que
Washington está listo a ampliar la cooperación con Brasil en muchos
otros campos, como el área de biocombustibles, en la lucha contra el
narcotráfico y en acciones militares conjuntas para reaccionar a crisis
humanitarias, como la dejada en Haití por el terremoto de enero del año
pasado.
En particular, Obama mostró el interés de su gobierno de
facilitar la participación de empresas estadounideneses en las obras y
servicios millonarias que demandarán al organización del Mundial de
Fútbol 2014 y las olimpíadas Río de Janeiro 2016 "Creo que esto es sólo
el inicio de lo que podemos hacer juntos en favor de todo el mundo",
dijo Obama, quien se manifestó "seguro" de que su visita al gigante
sudamericano ha "creado una base para mayor cooperación entre Estados
Unidos y Brasil en las décadas venideras".
El mandatario
visitante, que llegó a las 7.30 a Brasilia a bordo del Air Force One,
acompañado por su esposa, Michelle Obama, y por sus dos hijas, Malia y
Sasha.
Obama llegó al Palacio presidencial del Planalto casi
media hora después de lo programado y fue recibido con honores por los
Dragones de la Independencia -la guardia presidencial- y por 21 disparos
de cañón antes de saludar a la presidenta Rousseff, con quien mantuvo
una larga reunión a solas.
Estados Unidos es el mayor inversor
extranjero en Brasil, pero recientemente fue desplazado por China del
puesto de principal socio comercial del gigante sudamericano, que en los
últimos años pasó a acumular déficit en su comercio con la potencia del
norte.
Además del encuentro con Rousseff, Obama aprovechará su
paso por Brasilia para reunirse con empresarios y ejecutivos de firmas
estadounidenses y brasileñas antes de viajar esta misma tarde rumbo a
Río de Janeiro, donde cumplirá mañana un programa que incluirá una
visita turística a la famosa estatua del Cristo Redentor y un discurso
en el teatro Municipal.
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