Se trata de Manuel Pulido quien continúa viviendo frente a la casa donde mataron a los militantes montoneros. Ayer se suspendió la declaración de Ruckauf y pasó para el martes. Además declaró un armero de gendarmería, un ex policía y un pseudo intelectual que justifica a los genocidas. Familiares de Menéndez estuvieron en la sala de audiencia.
Por primera vez en lo que va del juicio familiares del ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez (quien participa del debate por teleconferencia desde la casa de su hijo) estuvieron presenciando el juicio en la sala. Esto seguramente tiene que ver con el hecho de que declararon testigos pedidos por la defensa como el fascista de Acuña que asegura que los militares robaron bebés por un acto de amor. O, quizás, para escuchar a Ruckauf. Lo cierto es que ahí estaban con carteras lujosas, caras de hierro y corazón de acero enlatado.
Como cada vez que en este juicio se intentó realizar una comunicación a través del sistema de teleconferencia, ayer, no se logró el contacto. Era con el ex ministro de Isabel y vicepresidente de Menem, Carlos Ruckauf que estaba en el Consejo de la Magistratura de la Nación, en la ciudad de Buenos Aires. Su testimonio se reprogramó para el martes.
La audiencia que estaba prevista para las11 comenzó media hora más tarde y se desarrolló con normalidad. El primero en declarar fue el ex policía, Reinaldo Argentino Contreras, segundo jefe de la zona Capital durante 1976.
Explicó que en aquél entonces estaba bajo las órdenes del comisario inspector Ángel Pascual Díaz. “Nos ordenaron que vayamos al lugar del hecho y cuarenta metros antes de la casa sentimos disparos y no nos dejaron seguir”, indicó. “Nuestra misión era de contención a vecinos agrupados”, dijo.
Durante su testimonio, de casi una hora, no dejó de referirse a González Naya, quien en aquella época estaba a cargo de Jefatura de Policía. “Era un nefasto militar que causaba terror”, aseguró.
El testigo contó que fue quien entregó el cuerpo de una persona de sexo femenino, por supuesto se trataba de María Alejandra Niklison. Sin embargo, aclaró que ese tipo de trabajo no le era frecuente pues estaba abocado a tareas administrativas. Además destacó que “en ese operativo vi a Luciano García y Calderón (policías de la época) que estaban de civil. Creo que estaban en la Brigada de Investigaciones”.
Siempre dudó y no escatimó en hacerse el desentendido ante preguntas comprometedoras. Se lo indagó sobre un acta firmada por él, donde figura el armamento secuestrado que luego se envió a la 5ª Brigada. “Se que secuestraron muchas armas” pero “yo no vi el armamento. En la zona no estaba. Nunca fui al Cementerio del Norte. No vi cadáver en Jefatura”.
Respecto al escrito dijo que no recuerda haberlo firmado y aclaró que muchas veces González Naya bajo amenaza obligaba a que firmen. “Si decía que no, quedábamos sin trabajo, ya me habían amenazado con mandarme a La Cocha”.
Por último relató que “recién me estoy enterando que son cinco y no cuarto los muertos. Había más o menos 15 militares con armas largas. García y Calderón estaban con pistolas”.
Posteriormente declaró el sargento, mecánico armero, de Gendarmería Nacional, Víctor Hugo Aranda, brindando detalles técnicos sobre las supuestas armas secuestradas que figuran en el escrito de la policía. “Se trata de armamento de guerra y de uso civil. Todas juntas podrían ocupar un espacio de 1,5 metros x 0,40 centímetros, es decir, un cajón”, aseveró.
Por último, dio su testimonio Carlos Acuña. Un pseudo intelectual de derecha que revindica el proceso militar, elogiando la actuación de las Fuerzas Armadas en el Golpe de 1976.
Para Hoy
Están citados tres testigos nuevos que surgieron de la inspección ocular realizada semanas atrás en la casa de Azcuénaga 1816, donde el 20 de mayo de 1976, asesinaban a cinco militantes montoneros y cuyos responsables directos son Menéndez y el ex policía Albornoz, ambos condenados a prisión perpetua en el juicio realizado el año pasado, denominado “Jefatura de Policía”, hoy únicos imputados en esta causa.
De los tres está previsto que solo declare Manuel Pulido, quien continúa viviendo frente al lugar de los hechos y se estima podría brindar detalles. Por su parte el matrimonio Albornoz (nada que ver con el imputado), que también continúan viviendo en la zona, es probable que por la edad, se abstengan de prestar testimonio. La audiencia está prevista para las 9.30.
Sebastián Ganzburg
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