Dijo en su declaración Alejandro Sangenis, quien ese 20 de mayo de 1976, trabajaba como enfermero en la policía de Tucumán, y fue al lugar de los hechos. Además en la jornada de ayer declaró Alberto Saavedra, hijo de uno de los montoneros asesinados, quien, en tono político, expresó: “no quiero reivindicar víctimas, sino militantes”.
María Inés Saavedra de Clausen, hermana del asesinado dio detalles de la tragedia que sufrió su familia cuando se enteraron de la muerte de su hermano. Explicó, con mucha sobriedad, que cuando vinieron a Tucumán, en 1976, fueron perseguidos por las fuerzas y habló sobre lo difícil que fue el traslado del cuerpo. Según la testigo, quien se encargó de reconocer el cuerpo de Saavedra Lamas fue su marido, hoy muerto. “Fue a la morgue del cementerio, acompañado por un policía loco que lo trató de coimiar. Me dijo que cuando lo vio tuvo la certeza de que había sido fusilamiento” porque tenía “tiros en la cabeza, desde muy corta distancia. La cara estaba desfigurada”. Además indicó que cuando su cónyuge0 fue a la morgue se encontró con alrededor de 10 cuerpos más en situación similar.
Jornada larga la de ayer en el juicio por la causa Romero Niklison, donde Albornoz y Menéndez están acusados de asesinar a cinco militantes montoneros el 20 de mayo de 1976, en una casa de Azcuénaga 1816.
El ex Jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, participó del debate a través del sistema de teleconferencia y como no podía ser de otra manera nuevamente hubo problemas técnicos. Por lo tanto la audiencia que estaba programada para las 9.30, comenzó a las 12.45.
El ex ministro de Salud, Alejandro Sangenis fue uno de los testigos destacados. Aseguró que “Albornoz y González Naya (coronel) fueron los encargados del operativo” que terminó con la vida de cinco personas. El político en ese entonces trabajaba como enfermero en la policía. Además, contó que cuando llegó con la ambulancia lo detuvieron una cuadra antes de la dirección de la casa y destacó que los miembros de las fuerzas de seguridad actuaron encapuchados. También mencionó que no hubo ningún tipo de enfrentamiento ya que del lado de la policía no había heridos.
“No quiero reivindicar víctimas, sino militantes”
Expresó en su testimonio, Alberto Saavedra, hijo del asesinado Saavedra Lamas. Su relato fue uno de los más políticos del juicio. Respecto a su padre, lo describió como “militante del campo popular”. Agregó que en aquél momento “fue ultimado sin juicio” e ironizó: “me hubiera encantado que mi padre estuviera en un country presenciando un juicio”, en alusión a Menéndez.
Por otro lado, llamó la atención a los Organismos de Derechos Humanos quienes “debiéramos hacer un esfuerzo para reivindicar a las personas tal como fueron, es decir no esconder su militancia”. En este sentido aclaró que rescata “la militancia y la entrega. No quiero pensar ni que mi padre fue engañado, ni inducido, ni que no sabía lo que hacía, como escucho de algunos familiares. Eso es disminuirlos como personas. No quiero reivindicar víctimas, sino militantes”.
Respecto a lo sucedido durante la dictadura militar explicó que “hubo una cacería y masacre. Me preocupa no poder crecer en política”. También aprovechó la oportunidad para cuestionar al tribunal. “Tuve una desazón en este viaje porque fui citado varias veces hasta que finalmente declaro hoy. La sucesión de esto me da la pauta de que los tiempos los maneja un imputado, mientras nosotros damos vueltas por los pasillos. ¿Cómo puede ser que estos personajes sigan manipulando la justicia?”, se preguntó. Y añadió que por este motivo “en lo simbólico me siento dolido porque siguen ocupando un rol que no merecen”. El Tribunal no tuvo más remedio que pedir disculpas y comprometerse a tener más consideración en los juicios sucesivos. El testigo, junto con su tía vinieron desde Buenos Aires.
Juan Héctor Palacios, fue jefe de la Brigada de explosivos, durante el Proceso. Testigo pedido por la defensa negó haber estado haciendo las pericias de explosivos ese 20 de mayo, aunque se lo nombra en uno de los escritos de la policía. Aseguró que Albornoz era jefe del D2.
Por último Reinaldo Argentino Contreras, perito de gendarmería, dijo que es imposible que en esa casa haya habido la cantidad de armamento que describe la policía porque si eso hubiera sido así, la primera medida tendría que haber sido la de evacuar la zona, 100 metros a la redonda. Cosa que no sucedió. El operativo duró 15 minutos.
Las audiencias continuarán el martes desde las 9.30 con algunos testigos pedidos por la defensa y otros nuevos que surgieron de la inspección ocular realizada el miércoles.
Sebastián Ganzburg
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