Muammar Kadafi sostuvo hoy que países de Occidente avanzan con un "complot colonialista" para apoderarse del petróleo libio y aseguró que el "pueblo" resistirá la imposición de una zona de exclusión aérea, pero abrió a la vez líneas de negociación.
En efecto, mientras siguen los combates en el país entre fuerzas gubernamentales y la oposición armada, Kadafi envió emisarios a Europa, en una suerte de contraofensiva diplomática para frenar una creación de zona de interdicción de vuelos y eventuales acciones militares de potencias occidentales.
En declaraciones difundidas por la
televisión estatal y otras cadenas, Kadafi acusó en particular a
Francia de buscar una "colonización" de Trípoli y dijo que estudiará
"medidas de represalia".
"Quieren colonizar Libia de nuevo. Es
un complot colonialista", manifestó el coronel, y subrayó que si
Occidente decide imponer una zona de exclusión aérea "el pueblo verá la
verdad, que quieren tomar el control de Libia para robarle su petróleo"
y "tomará las armas contra ellos".
Asimismo, destacó que si la red Al Qaeda toma posiciones en Libia la región entera, incluido Israel, afrontará "el caos".
"La comunidad internacional comenzó a comprender ahora que
somos nosotros los que impedimos a Osama Bin Laden tomar el control de Libia y de Africa", dijo.
En tanto, el canciller portugués, Luis Amado, se reunió con un enviado
de Kadafi, Mohammed Taher Siyala, en acuerdo con la jefa de la
diplomacia europea Catherine Ashton, dentro de la preparación de las
reuniones extraordinarias europeos previstas los próximos días en
Bruselas, informó la cancillería en Lisboa.
El contacto se relaciona con que Portugal preside el Comité para las Sanciones a Libia, creado por la ONU, y con la decisión de Trípoli de dar su punto de vista.
Gadafi y el Consejo Nacional de Transición (CNT) que se constituyó como poder paralelo en Bengasi (1.000 km al este de Trípoli) libraban además una guerra diplomática, con el envío de emisarios a varias capitales antes de cruciales reuniones de la OTAN y la Unión Europea (UE), en Bruselas, y de la Liga Árabe en El Cairo para discutir la cuestión libia.
El régimen prometió una recompensa de casi medio millón de dólares por la captura del presidente del CNT, Mustafá Abdeljalil, como para dejar claro que no está dispuesto a tender ningún tipo de puente con Bengasi.
La guerra se libra también en los comunicados: la televisión oficial aseguró que los partidarios de Gadafi protagonizaron "gigantescas manifestaciones" en Zauiya (oeste), en tanto que la oposición aseguró que esta localidad seguía en sus manos, aunque era objeto de un violento ataque que no distinguía combatientes de civiles.
Tras el estallido de la rebelión el 15 de febrero, los insurgentes se hicieron con el control del este petrolero y de varios enclaves del oeste, pero Gadafi, en el poder desde 1969, mantuvo su autoridad en la región de Trípoli y parecía recuperar terreno.
La batalla arreciaba en Ras Lanuf y sus inmediaciones, conquistada el viernes pasado por los opositores.
Los insurrectos trataron de avanzar sus líneas con apoyo de disparos de unos 50 cohetes, pero se vieron obligados a replegarse nuevamente hacia Ras Lanuf cuando los hombres de Gadafi replicaron con unos diez obuses.
Un avión bombardeó además una zona situada a 1 km de una refinería en las inmediaciones de la ciudad, así como puntos de la costa mediterránea.
Poco antes, Ras Lanuf se había visto remecida por una serie de explosiones que provocaron un incendio con llamaradas gigantes sobre la refinería As Sidra.
El portavoz del CNT en Bengasi, Abdelhafez Ghoqa, aseguró que "varios pozos petroleros fueron bombardeados, así como refinerías" de la región de Ras Lanuf.
Ghoqa sostuvo sin embargo que los revolucionarios consiguieron avanzar y volver a apoderarse de Bin Jawad (50 km al oeste), de donde habían sido expulsados el domingo.
Al oeste de Trípoli, la ciudad de Zenten sigue en manos de la oposición, pero está rodeada por los hombres de Gadafi, indicó un testigo.
Libia se hundió tras el estallido de la rebelión el 15 de febrero en una guerra civil que ya dejó centenas de muertos y provocó el éxodo de unas 200.000 personas.
Según el CNT, unas 400 personas perdieron la vida tan sólo en los ataques de Gadafi en el este del país.
Francia y el Reino Unido trabajan desde hace días en un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para imponer una zona de exclusión aérea, que impida a la aviación libia bombardear a la población.
El presidente estadounidense, Barack Obama, está sometido por su lado a una fuerte presión interna para brindar apoyo militar a la rebelión.
Gadafi afirmó en una entrevista con la televisión turca TRT que la imposición de una zona de exclusión aérea permitirá a los libios "percatarse de cuáles son las verdaderas intenciones (de las potencias): apoderarse del petróleo", y se dijo convencido de que eso los llevará a "tomar las armas" para defender a su país.
La cuestión de la zona de exclusión aérea centrará buena parte de las discusiones de las reuniones de la OTAN y la UE el jueves y el viernes en Bruselas y de la Liga Árabe el sábado en El Cairo.
Gadafi envió precisamente emisarios a la capital egipcia y a Portugal, donde fue recibido por el canciller en un encuentro concertado con la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, indicó la cancillería en Lisboa. Según el gobierno italiano, Trípoli también envió un emisario a Bruselas.
La presidenta suiza, Micheline Calmy-Rey, recibió este miércoles a un representante del CNT y el jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy, recibirá a dos el jueves.
El Parlamento Europeo abogó por que la UE reconozca a esa instancia que agrupa a las fuerzas opositoras.
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) -integrada por 57 países musulmanes- y las monarquías árabes del Golfo ya se pronunciaron a favor de la instauración de una zona de exclusión aérea.
Los países de ALBA, un bloque antiliberal lationamericano impulsado por Cuba y Venezuela, buscan organizar una mediación "que lleve a la paz, teniendo en cuenta lo que digan los propios libios, no lo que se les intente imponer desde afuera", indicó en Quito el vicecanciller ecuatoriano, Kintto Lucas.
La guerra civil libia y la agitación político-social en Medio Oriente llevaron al barril de petróleo por encima de los 100 dólares por primera vez en dos años.
El barril de West Texas Intermediate cerró el miércoles a 104,38 dólares, en baja de 64 centavos. Pero el Brent del mar del Norte, más sensible a las convulsiones de Medio Oriente, ganó 2,56 dólares, a 115,62 dólares.
Libia produce actualmente 500.000 barriles de petróleo diarios, en lugar de los 1,6 millones que producía antes del inicio de la revuelta popular, anunció el miércoles Shukri Ghanem, presidente de la compañía petrolera nacional del país norafricano.
Fuente ANSA y AFP
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