El consumo doméstico se desaceleró en Estados Unidos en el mes de enero, relativizando las señales de mejora de la economía estadounidense y de sus perspectivas.
Los gastos domésticos sólo aumentaron un 0,2% en ese período, la progresión más lenta desde junio de 2010, según cifras publicadas este lunes por el Departamento de Comercio.
Los datos del Ministerio son inferiores a la previsión de los analistas. Estos esperaban una desaceleración, sobre todo por culpa de los temporales de nieve que han paralizado varias regiones del país, aunque no tan marcada: su previsión media era de un alza del consumo de 0,3% comparado con diciembre.
En términos reales, es decir, teniendo en cuenta la inflación, el consumo bajó por primera vez en un año, 0,1% en referencia al mes precedente.
Tras la revisión a la baja de la tasa de crecimiento de la economía estadounidense del cuarto trimestre (a 2,8%) anunciada el viernes, las cifras de Comercio deberían reforzar la posición de los que ruegan a la Reserva Federal (Fed) que mantenga el apoyo de la política monetaria a la actividad.
Algunos responsables de la Fed estimaron recientemente que la institución debería prever reducir el alcance de su programa de compra suplementaria de obligaciones del Tesoro, previsto hasta junio, o de ponerle fin antes de lo previsto.
Sin embargo, son una minoría. La vicepresidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, declaró el viernes que no veía ninguna razón para modificar este programa antes de que la reactivación de la economía esté "bien consolidada".
William Dudley, vicepresidente del Comité de política monetaria de la Fed (FOMC), manifestó algo similar el lunes, mientras el presidente de la Fed, Ben Bernanke, podría repetir el martes durante una audiencia en el Capitalio que la reactivación de la economía estadounidense no está aún "realmente consolidada".
Bernanke indicó a principios de febrero que el banco central podría incluso plantearse prolongar, más allá del mes de junio, su programa de compra de bonos del Tesoro.
El objetivo de este programa es apoyar la recuperación económica manteniendo lo más bajas posibles las tasas de interés a largo plazo, con el fin de estimular el consumo y la inversión.
Para Chris Christopher, economista del instituto IHS Global Insight, "el consumo parece haber perdido su impulso".
Destacando que esta situación se suma al aumento del precio del petróleo provocado por las revueltas populares en el Norte de África y en Oriente Medio, Christopher estima que "el inicio del año arruina seguramente las cosas para los consumidores y la economía estadounidense".
Las cifras del departamento de Comercio revelan la gran prudencia de los hogares estadounidenses, a pesar de que su optimismo había mejorado desde que comenzó el año.
Según el Comercio, los ingresos de los estadounidenses progresaron en enero como nunca desde mayo de 2009, un 1,0% en comparación con diciembre, gracias a que el Estado cobró menos impuestos. Sin embargo, los ciudadanos prefirieron ahorrar que gastar.
"Aunque, de forma general, seguimos siendo optimistas sobre la evolución del gasto del consumo de los hogares, estamos cada vez más inquietos por los efectos del aumento precio del petróleo en la economía" estadounidense, afirmó Inna Mufteeva, analista del banco francés Natixis.
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