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Campamento de los jóvenes más ricos

No es fácil ser rico. Mientras que muchos estudiantes universitarios trabajarán en prácticas en sus próximas vacaciones, los hijos e hijas de 20 de las familias más ricas del mundo se dirigirán a Nueva York para aprender a manejar su dinero y poder de la forma correcta.

El programa, que dura seis semanas y cuesta US$25.000, se lanzará en junio y está diseñado para darle a la nueva generación de ricos pistas sobre cómo dirigir un negocio o cómo contribuir a la filantropía.

Los participantes también viajarán a los "más exquisitos destinos para escapadas de fin de semana" en la región, incluyendo los Hamptons, Cape Cod y los Berkshires, según los folletos del programa.

El programa Global Fellows in Social Enterprise (algo así como Graduados Globales en Iniciativas Sociales) parte de una idea de Michael Loeb, un magnate millonario de los medios de comunicación. La semana pasada, organizó una fiesta de lanzamiento en su casa de Nueva York.

"¿Por qué estamos apuntando a las familias de altos ingresos? No es porque seamos engreídos", dijo Loeb a una multitud de potenciales participantes y donantes, incluyendo a Silda Wall Spitzer, la esposa del ex gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, y a Susan y David Rockefeller Jr., una prominente pareja en la filantropía y los negocios.

"Es porque son las personas que, francamente, tienen los recursos para realmente hacer grandes cambios en el mundo", dijo Loeb, que fundó la compañía de marketing de revistas Synapse Group, que en 2001 vendió a Time Warner Inc. en un acuerdo valorado en US$500 millones. Ahora dirige una empresa de inversiones de capital privado que se concentra en los medios de comunicación e Internet.

Abby Raphel, co-fundadora de una red social para jóvenes ricos, a la que se ingresa solamente por invitación, llamada A-Society.com, está a cargo de las operaciones diarias del programa Global Fellows.

Loeb alentó a los asistentes a la fiesta a que le dieran nombres de potenciales participantes, a la vez que los instó a hincar el diente en los abundantes aperitivos de cóctel de camarones y quesadillas de langosta que había dispersado por toda la casa.

Manejado en asociación con la escuela Robert F. Wagner de Servicio Público de la Universidad de Nueva York y la organización sin fines de lucro Echoing Green, el programa ofrecerá a los participantes cursos formales, una competencia de planes de negocios y una pasantía de cuatro semanas con empresas sociales sin fines de lucro como VisionSpring, que ayuda a emprendedores locales de países en desarrollo a vender anteojos.

Los padres recibirán una deducción de impuestos ya que Global Fellows planea donar US$2.500 por participante a las organizaciones benéficas como formas de agradecerles su participación en los programas de prácticas para los estudiantes.

"La gente espera de nosotros que seamos los salvavidas de sus causas y uno debe aprender a lidiar con eso", explicó Susan Rockefeller, en referencia a una experiencia que tuvo con una organización sin fines de lucro para la cual aceptó organizar una recepción de captación de fondos en su casa, sólo para que luego la acosasen con una solicitud de una donación de U$S500.000.

Frente a las críticas que dicen que el programa es como un campamento para niños ricos, Loeb asegura que esa descripción no podría estar más lejos de la realidad: "Esto no es para que los niños de la élite se hagan amigotes", dijo.

Global Fellows será administrado como una organización sin fines de lucro. Loeb ya lo ha financiado con "decenas de miles de dólares". También especificó que cualquier ganancia será donada a las organizaciones benéficas que ofrecerán las pasantías.

"Veo este programa como un servicio para esos niños que están perplejos y que tienen muchas preguntas", explicó Loeb.

Fuente: The Wall Street Journal