Lo protagonizaron los organismos de Derechos Humanos de Tucumán que se reunieron ayer por la tarde en Avenida Sarmiento y Salta. En el lugar, ante un desproporcionado despliegue policial, los organizadores leyeron un documento de repudio a la decisión del Arzobispado por depositar $ 115.000 como fianza del cura represor.
Mijalchik está procesado por la justicia federal como participe secundario de crímenes de lesa humanidad, como informante, interrogador y hostigador de personas cautivas a quienes prometía conservar la vida a cambio de la delación de otras víctimas.
En una fresca tarde cruzada por una garúa, organismos de Derechos Humanos de Tucumán, realizaron un acto para repudiar la decisión por parte del Arzobispado de depositar la suma de $ 115.000 por la fianza del sacerdote José Mijalchik, quien se encuentra procesado por la Justicia Federlal, como partícipe secundario en delitos de lesa humanidad, en la causa que investiga los hechos de genocidio ocurridos en el Arsenal "Miguel Azcuénaga", durante la dictadura militar.
Los organizadores leyeron un documento consensuado que asegura que "además de considerar exigua la suma fijada por el juez frente a la gravedad de tales crímenes, deploramos la actitud del arzobispado de Tucumán por cuanto ella aparta a la institución (que la sociedad sostiene a través del aporte del Estado nacional) de su misión espiritual y la compromete en actos inmorales reñidos con las más elementales normas éticas".
Recordaron además, que "Mijalchik está acusado de los mismos delitos por los cuales el sacerdote Christian von Wernich fue condenado a reclusión perpetua hace más de tres años. A pesar de ello, a la fecha la iglesia católica no inició proceso alguno tendiente a lograr su excomunión".
En este sentido diferenciaron a los curas y monjas que privilegiaron intereses sociales a los de la jerarquía eclesiástica. "La protección y el amparo de la institución es otro elemento en común entre estos genocidas que se contrapone con el silencio con el que la jerarquía católica avaló el martirio de monseñor Angelelli, Carlos Mugica, las monjas francesas, los curas palotinos, el cura “gaucho” Gerván y otros religiosos comprometidos con los pobres, con los oprimidos y con los excluidos. Ambas actitudes no hacen otra cosa que demostrar el rol de la iglesia católica como pilar fundamental de la dictadura cívico-militar".
Firman ANDHES, APDH, ATCI,FADETUC,HIJOS, Asoc Ex Presos Politico, Madres de Plaza de Mayo, Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Psicologos, Madres Linea Fundadora
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