Augusto Nicolás Calderón Sandino (1895 - 1934), más conocido como Augusto C. Sandino, fue un patriota y revolucionario nicaragüense. Héroe Nacional de Nicaragua y junto con el poeta Rubén Darío constituyen la máxima expresión de la Nacionalidad Nicaragüense. Sus acciones y enseñanzas fueron la base ideológica para la fundación, años más tarde, del Frente Sandinista de Liberación Nacional (F.S.L.N.) por Carlos Fonseca Amador. VIDA
Video sobre su vida
En su nombre, una generación de nicaragüenses empuñó las armas y derrocó una dictadura.
Augusto César Sandino murió asesinado en 1934, tres décadas antes de surgir el movimiento de liberación con su apellido. Hoy, es un mito. En vida, fue un hombre de convicciones fuertes con un legado que va más allá de una bandera revolucionaria.
De niño se le conocía como Augusto
Nicolás Calderón Sandino. Su padre, Gregorio Sandino, era mediano
productor. Su madre, Margarita Calderón, se ganaba la vida como
doméstica y obrera agrícola. Desde muy joven recolectaba café y ya
adolescente fue testigo de la primera gran intervención militar
estadounidense en su país, motivada para contrarrestar una sublevación
en contra del presidente Adolfo Díaz.
A los 21 años, deja su
casa para trabajar como ayudante de mecánico, cerca de la frontera con
Costa Rica. En 1920, hiere a Dagoberto Rivas, hijo de un conservador del
pueblo, quien criticó a su madre. Huye de una posible venganza y se
traslada a Honduras.
Tres años después estaba en Guatemala,
donde trabaja en las plantaciones de la United Fruit Company de Quiriguá
antes de viajar a México. Se emplea en empresas petroleras en Tampico y
Cerro Azul y entra en contacto con líderes sindicales, obreros y
militantes socialistas.
Aún estaba en México cuando Estados
Unidos retiró las tropas de su país, en 1925. Ese año, en octubre, un
golpe militar encabezado por Emiliano Chamorro derroca al gobierno de
Carlos Solórzano (del Partido Conservador). Chamorro a su vez es
destituido por conservadores y estadounidenses, quienes colocan a Adolfo
Díaz en el poder. Los liberales emprenden la llamada Guerra
Constitucionalista. Estados Unidos decide invadir de nuevo.
Los
siguientes, fueron años convulsos. Sandino recluta a un puñado de
obreros y se alza en armas contra la ocupación para sumarse a la Guerra
Constitucionalista. Se suceden enfrentamientos, triunfos y derrotas.
El
jefe del Ejército liberal, José María Moncada, pacta con los
estadounidenses a cambio de ser candidato a Presidente. Sandino rechaza
el pacto y manifiesta una de sus más célebres frases: “No me vendo, ni
me rindo”. A la bandera roja liberal le agrega una franja para
simbolizar que la suya sería una lucha hasta conseguir la libertad o la
muerte.
El 2 de septiembre de 1927, Sandino organiza y conforma el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua.
Un
año después, Nicaragua, en elecciones organizadas y supervisadas por
los infantes de Marina estadounidenses, elige como presidente a Moncada,
considerado traidor por Sandino.
Ello le motiva ir a México para buscar el apoyo del mandatario Emilio Portes. No lo logra, y vuelve un año después.
Sin
embargo, sus triunfos militares empiezan a hacer mella. En 1933, las
tropas estadounidenses abandonan finalmente el país, en gran parte por
los golpes militares recibidos y en parte por decisión política: el
recién electo presidente Franklin Delano Roosevelt había proclamado la
“política de buena vecindad” y ello implicaba sacar a su Ejército de
todos lados.
Juan Bautista Sacasa asume la Presidencia y
Anastasio Somoza García, la jefatura de la Guardia Nacional, la cual fue
entrenada, equipada y financiada por Estados Unidos.
Sandino
viaja a Managua y firma un tratado de paz. Debe volver a la capital en
varias oportunidades para quejarse con Sacasa, de la persecución de la
que son objeto sus simpatizantes por parte de la Guardia Nacional.
El
21 de febrero, luego de cenar con Sacasa, es capturado y asesinado
junto a los generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor por orden
de Somoza García. Minutos antes, su hermano Sócrates había corrido la
misma suerte. El coronel Santos López, logra escapar.
Años más
tarde, López forma parte del grupo de personas que fundaron un
movimiento de liberación inspirado en la figura del llamado General de
los Hombres Libres.
“Sandino era antiimperialista, sí, pero democrático”
“elPeriódico” conversó con el novelista nicaragüense Sergio Ramírez (ganador del Premio Alfaguara de Novela 1998), y quien fue vicepresidente de su país entre 1985 a 1990, en torno a la figura de Augusto César Sandino.
¿Cómo influyó el pensamiento de resistencia de Augusto César Sandino en el Frente Sandinista de Liberación Nacional?
–
No hay que olvidar que el Frente Sandinista de Liberación Nacional
nació en tiempos de auge de movimientos revolucionarios y de
descolonización; cuando surgieron organizaciones como el Frente de
Liberación de Argelia. Así, cuando empieza a gestarse la creación de un
movimiento de liberación nacional en Nicaragua a su fundador, Carlos
Fonseca, se le ocurrió que éste tenía que tocar un toque nacional que
recuperara la herencia histórica del general Augusto César Sandino,
quien luchó contra la invasión estadounidense tres décadas antes de que
se estableciera el Frente Sandinista, más o menos en 1963.
¿Se cotejaba su pensamiento con el que hacer de los primeros gobiernos revolucionarios?
–
No. Se trata de dos épocas totalmente diferentes. Sandino era un
artesano, hijo de un finquero de la meseta central del área cafetalera
de Nicaragua, quien había emigrado a México y regresó al país cuando las
tropas estadounidenses habían invadido Nicaragua. Se opuso a esta
invasión y las fuerzas liberales, por eso es que cuando se estableció un
pacto, él lo rechazó.
Sin embargo, lo que Sandino representa es
una férrea defensa a la soberanía nacional, y esa fue parte de los
postulados adoptados por el sandinismo, el cual fue adoptado por los
gobiernos de la revolución.
Además de soberanía, democracia y
justicia social. Estas son las tres cartas fundamentales de Sandino que
la revolución puso en su programa cuando triunfó la revolución en 1979.
Sus
acciones y enseñanzas fueron la base ideológica para la fundación del
Frente… ¿cuánto de estas acciones y enseñanzas persisten al día de hoy?
–
Democracia, justicia social, soberanía. Yo creo que en general aún hay
sandinistas en Nicaragua independientemente de dónde estén, ya sea en el
partido oficial o en otro movimiento, que respetan este legado.
Claro
está, puestos de espaldas al poder, ya que quienes lo ejercen no tienen
nada que ver con el sandinismo original. Ya no queda nada del viejo
sandinismo en las cúpulas del Gobierno.
Así, quienes ejercen el
poder en Nicaragua lo que promulgan es una caricatura, una falsificación
de la figura del general Sandino. Yo no encuentro ninguna comunicación
entre el sandinismo de origen y la manera de ejercer poder por parte del
Gobierno actual, que emplea un discurso retórico de izquierda pero
emplea métodos de la derecha. Como ejemplo, está la represión de
cualquier manifestación en las calles, la corrupción en diversos
ámbitos, los fraudes electorales, el control absoluto del poder gracias a
los pactos logrados con el ex presidente Arnoldo Alemán. Si Sandino
resucitara, se iría de espaldas de ver lo que el Gobierno ha hecho…
¿Cuál era el rasgo de personalidad más destacable de Sandino?
–
Su sencillez, humildad y sinceridad. No se encuentra nada escrito por
él o manifestado en un comunicado que no esté respaldado por la verdad.
No existe un gran espacio entre lo que decía y lo que hacía. Era
ejemplar en lo que decía y todo lo respaldó con la verdad.
Además,
son dignas de elogio su tenacidad y convicción. No cabe la menor duda
de estas características: él logró persuadir a muy pocos hombres,
alrededor de 800, que se enfrentaran a ejércitos muy superiores en
número y armamento.
Hablemos de aspectos negativos de su personalidad…
–
Yo diría que los rasgos negativos de Sandino están englobados en la
conducta histórica de la época. Era un hombre casado, sí, pero no
monógamo. Hoy, bajo el punto de vista moderno, se ve como una falta
grave la infidelidad, bajo el nuevo concepto de feminismo, pero aquellas
eran épocas distintas.
¿Era Sandino un hombre con vocación democrática?
–
Sí, siempre luchó por restablecer el orden constitucional en
Nicaragua. Él estaba firmemente convencido de la necesidad de que se
respetara la voluntad popular y buscó establecer una tercera vía, que no
fuera ni liberal ni conservadora, pero sí democrática, electo por los
votos.
Sandino nunca fue un caudillo que buscó el poder por la fuerza. Era antiimperialista, sí, pero democrático.
¿Cómo se rescata su figura? ¿Conocen las nuevas generaciones de nicaragüenses quién fue Sandino?
– En Nicaragua la figura nacional por excelencia es Rubén Darío, quien es aceptado por todos.
En el caso de Sandino, existe la contradicción de que su figura está ligada a una bandera política, y eso ha impedido que sea una figura representativa para todos los nicaragüenses. Pero ningún partido debería tener el monopolio de la figura de Sandino.
Fuente: http://www.elperiodico.com.gt
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