Una fecha de cursilería asegurada

 Como todos los años el Día de San Valentín traerá consigo diferentes actos de amor, flores, regalos, propuestas de todo tipo.

Promediando el mediodía los colectivos se inundarán de señores que con toda delicadeza llevarán entre sus manos el ramo de flores para su mujer. Para su amante algo más sugerente. Las señoras, contentas, en muchos casos, también volverán a casa con varias flores. De diferentes modelos. Esto se debe a que el jefe, colega o amigo se las obsequió. Quizás esta situación devenga en reproches absurdos por parte del marido, debido a los frecuentes ataques de celos que nuestra sociedad sufre y expresa.

Las cenas son otro condimento particular para esta fecha. Un poco de alcohol para preparar el terreno y a modo de ambientación, no faltarán: Arjona, Cristian Castro, Ricardo Montaner, el Puma Rodríguez, Marco Antonio Solis, entre otros “poetas”.

Los poemas, constituyen símbolos destacados. Entre las palabras y frases predilectas encontraremos: mi vida, te amo, te amo con toda mi alma, sos lo mejor que me pasó en la vida, no puedo vivir sin ti, la vida no tiene sentido lejos tuyo, mi princesa, mi reina, mi cielo, mi sol, mi luna, mi estrella. Algunas personas con algo más de experiencia en el tema dirá: sos tan hermosa como las rosadas rosas del jardín del edén y para rematar pueden agregarle, tus ojos son dos faroles que iluminan cada paso de mi camino.

No faltarán quienes opten por ir al cine. La parejita llegará de la mano, besándose en cada esquina. El título de la película elegida no será muy diferente a Dos amantes rosados volaron de amor.

A estas alturas la sobredosis de dulzura es tan grande que comerse un caramelo puede ser peligroso.

Sebastián Ganzburg