El presidente chileno Sebastián Piñera cree que el país deberá aumentar anualmente su generación eléctrica entre 600 a 700 megawatts para que la economía crezca en torno al seis por ciento, mientras emitió un decreto de racionamiento eléctrico por efecto de la sequía.
La contingencia de falta de lluvias abrió el debate sobre las características que debe tener la nueva matriz energética.
Expertos consultados por ANSA discreparon sobre la forma de
incrementar la disponibilidad de energía.
Sara Larraín, directora de la organización no gubernamental
Chile Sustentable, puso en duda incluso que la urgencia sea
incrementar la producción de energía y planteó la necesidad de
gestionar la demanda.
"Desde el año 2003, cuando hubo crisis del gas, el discurso
fue "si crece la economía crece exponencialmente la generación
energética". Sin embargo esa política energética de más
crecimiento y más energía está fuera de lo que hoy son los
grandes lineamientos y particularmente lo que ocurre en países
industrializados y de la OCDE donde -además de gestionar y
construir nuevas plantas- se comenzó, desde los años 70, una
línea de gestión de la demanda", aseveró Larraín.
Para la ex candidata presidencial, esa gestión del uso de la
energía debería incluir en el sector industrial un sistema de
tarifas para diferenciar horarios punta.
"Lo que ha ocurrido a nivel mundial es un mantenimiento en las curvas de crecimiento del PIB y una estabilización en el consumo de energía", en una separación de la dupla crecimiento/energía.
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