El gobierno de Brasil anunció ayer un ajuste de unos 30 mil millones de dólares en el presupuesto de 2011, el equivalente al 1,2% del Producto Interno Bruto (PIB), aunque sin afectar los planes sociales ni las obras de infraestructura.
"No es el viejo y tradicional ajuste fiscal que se hacía en el pasado, que llevaba a la recesión y al desempleo. Vamos a garantizar que el crecimiento sustentable continúe. Y para 2011 esperamos un 5% de crecimiento del PIB", dijo el ministro de Economía brasileño, Guido Mantega.
Con la consigna de gastar "mejor con menos recursos", el
gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, a poco más de un mes
de haber asumido, toma la decisión que apunta a reducir el gasto
público en busca de una estrategia para reducir la tasa de
interés, actualmente al 11,25% anual, utilizada para cumplir las
metas de inflación.
"Cuando llegue el momento, no ahora con la inflación actual, el Banco Central bajará la tasa de interés", dijo el ministro.
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