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Con una gran fiesta popular, se celebra el año nuevo chino

El inicio del año 4709 del calendario chino se celebró ayer en el Barrio Chino porteño, con una fiesta con dos escenarios, danzas tradicionales y tango y puestos de comida, entre los cuales se paseaban el dragón y el león mitológicos, ante una concurrencia de más de 60 mil personas, que según los organizadores llegará a 80 mil.

El eje del festejo se centró en Mendoza, desde Arribeños hasta Montañeses, en el barrio de Belgrano -donde se concentra esa colectividad asiática en la ciudad-, aunque las calles estaban cerradas al tránsito en varias cuadras a la redonda.

El Barrio Chino se vistió de fiesta con adornos rojos y amarillos, como los típicos faroles que colgaban sobre las calles y los toldos de los puestos de gastronomía, artesanía, literatura, astrología, cultura y arte chino, frente a los cuales se apiñaba gente de origen asiático y occidental.

La feria gastronómica abrió casi al mediodía y poco después se inauguró oficialmente el festejo, con palabras de representantes de los organizadores, como Margarita Hsieh y Adriana Capella, vicepresidentes de la Asociación Barrio Chino de Buenos Aires, de la Asociación de Amigos y Vecinos del Barrio Chino, en ese orden.

También habló Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires, auspició la celebración junto al Centro de Gestión y Participación 13.

Luego, el locutor Carlos Lin Wen Chen se encargó de la animación del festejo, que comenzó con el despertar del dragón, mediante la ceremonia de "Clavado de Pupilas" a cargo de jóvenes del templo Fo Guang Shan.

Hasta entonces, el dragón yacía al pie del escenario, y fue despertado de su sueño cuando con una pluma se le pintaron las pupilas, tras lo cual subió y realizó la danza tradicional, para luego continuarla toda la tarde entre el público.

En los dos escenarios se sucedieron diversos números, como demostraciones de artes marciales, entre las que descollaron el Mu Lang Chuá, una danza guerrera practicada sólo por mujeres -surgida de una leyenda de una guerrera china-, que vestían atuendos rojos, y tai chi con espadas, a cargo de un grupo con atuendo amarillo.

Además se hicieron sorteos, números humorísticos y charlas sobre Feng shui, budismo, yoga literatura, idioma y mitología chinos, destinadas a una fácil comprensión del público de origen occidental.

También el espectáculo de tambores japoneses "taiko", realizado por miembros de la colectividad nipona especialmente invitados, fue calurosamente aplaudido por el público.

Más tarde se presentó Tango de la Integración, un espectáculo con la orquesta Santa Ponja, un cuarteto formado por músicos asiáticos -en especial japoneses- y argentinos, de la misma manera que el grupo de bailarines.

Carola Kuo, directora de la Asociación Cultural Chino Argentina y vocera de este festejo dijo a Télam que "el año pasado hubo unos 60 mil personas y por el movimiento que vemos, estamos seguro que ya superamos esa cantidad y estaremos en unas 80 mil cuando llegue la noche".

"Para nosotros ésta es nuestra fiesta más importante -agregó- y la celebramos todos los años desde que llegamos a Argentina, pero al principio era sólo una fiesta familiar, luego fue del barrio y cada vez llegaba más gente".

Por ese motivo, "hace cinco años decidimos hacer esta fiesta abierta, con escenarios y espectáculos mixtos, para que participe toda la gente y lograr una mayor integración cultural entre chinos y argentinos".

El Año Nuevo Chino comienza con la llegada de la segunda luna nueva tras el solsticio de invierno boreal (22 de diciembre), fecha que varía entre los 30 y 59 días posteriores, por lo que puede caer entre el 21 de enero o el 21 de febrero.

Este año, el 4709, está regido por el Conejo de Metal, animal que según su tradición representa la sensibilidad, la gracia, la calidez, la empatía y el cariño.

En una de las charlas, un especialista dijo que como el conejo es un animal tranquilo, aunque un poco nervioso, se supone que este año será de tranquilidad en general, pero un poco estresante, y agregó con humor que será lo lógico en Argentina, dado que entramos en un año electoral.