Un nuevo proyecto en Estados Unidos está ayudando a las víctimas de quemaduras a aliviar el dolor sumergiéndolos en la realidad virtual de un juego de video mientras son sometidos a su tratamiento.
La agonía que provocan lesiones de quemadura severa es uno de los dolores más intensos y prolongados que puede experimentar el ser humano.
Y para muchos, el tratamiento de rehabilitación es tan doloroso como la misma quemadura inicial.
Caleb Springer, un joven de Alaska de 23 años, sufrió quemaduras de segundo y tercer grado durante un accidente de motocicleta.
La gasolina del escúter en que viajaba se derramó y la chispa de un cigarrillo provocó un incendio.
"Me vi envuelto en llamas probablemente durante dos minutos. Fue el dolor más intenso que he sentido en mi vida, fue atroz. Miraba hacia abajo y sólo veía pedazos de piel colgando de mis piernas", recuerda Caleb.
Sus quemaduras eran tan graves que fue llevado en ambulancia aérea desde Alaska a un centro especializado en Seattle, donde está siendo sometido a rehabilitación que incluye un tratamiento pionero que utiliza videojuegos de realidad virtual.
SnowWorld, es un juego en 3D ambientado en un cañón congelado que fue desarrollado por los profesores Hunter Hoffman y David Patterson del Centro de Quemaduras Haborview de la Universidad de Washington, en Seattle.
Se dedica tanta atención a SnowWorld que ya no queda suficiente atención disponible para procesar las señales del dolor
Prof. Hunter Hoffman
El juego está basado en los avances científicos llevados a cabo en la última década sobre la investigación del dolor.
El objetivo del juego es "lograr una experiencia que atraiga toda la atención del paciente y básicamente permitirle que escape de su dolor", explica el profesor Hoffman.
Los científicos han descubierto muchos elementos distintos que afectan la forma como experimentamos el dolor, incluidas las emociones, el medio ambiente, el contexto y las distracciones.
"Debido a que el dolor tiene un componente psicológico tan fuerte, se deben utilizar tratamientos psicológicos para contrarrestar el dolor", dice el científico.
"Como los humanos estamos tan dominados por las imágenes visuales por lo general nuestra atención siempre está enfocada en éstas", señala Hoffman.
"Cuando los pacientes son sometidos a un tratamiento de heridas, cuando es necesario cambiarles los vendajes, siempre están viendo todas las distintas herramientas que los enfermeros utilizan para curarlos, y basta con mirar esos objetos para que les dé ansiedad".
"Los pacientes comienzan a asociar los objetos en la sala con el dolor intenso así que podemos imaginar que día tras día comienzan a desarrollar asociaciones psicológicas entre la sala de tratamiento y el dolor, lo cual amplifica el nivel de dolor que experimentan", explica el investigador.
El objetivo del SnowWorld es colocar "una cortina entre el paciente y la realidad", agrega.
Para ello, los pacientes usan un casco conectando a un mundo virtual y audífonos para cancelar el sonido, lo cual interrumpe todos los sonidos e imágenes asociados con el doloroso tratamiento.
El juego es bastante simple: el usuario debe tirar bolas de nieve contra varios objetos. Se desarrolló así intencionalmente, porque el paciente no puede concentrarse en un juego regular de video.
Además se eligió un mundo helado para no recordarle al paciente el incendio y el fuego que causó sus heridas.
"Cuando estoy en SnowWorld no pienso en absoluto en el dolor", dice Caleb.
"Casi no siento dolor, al menos la mayor parte del tiempo".
"Básicamente se trata de que el paciente se olvide de que está en una sala de hospital", explica el profesor Hoffman.
"Otros estudios han demostrado que se siente menos dolor cuando se escucha música o se está viendo videos, pero esto lleva al paciente a otro nivel porque lo hace sumergirse totalmente. Lo aisla del mundo real".
"Esa es parte de la razón por la que estamos obteniendo tan buenos resultados", agrega el investigador.
Durante los dos pasados años, el profesor Hoffman ha estado tomando escáneres cerebrales de sus pacientes.
Los estímulos cerebrales relacionados al dolor, dice, "activan el cerebro como si fuera un árbol de navidad cuando no están conectados a la realidad virtual".
"Cuando comparamos esos datos con el estímulo del dolor que experimentan cuando están en la realidad virtual, algunas regiones muestran una reducción de 50% en la actividad cerebral".
"Esto apoya la idea de que se dedica tanta atención a SnowWorld que ya no queda suficiente atención disponible para procesar las señales del dolor", expresa el profesor Hoffman.
Un número creciente de centros de quemaduras en todo el mundo están mostrando interés en probar el SnowWorld con sus pacientes, incluidos hospitales en Nueva York, Hawaii, Copenhague y Holanda.
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