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Gobierno brasileño no cambia política hacia el mundo árabe

El gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, "por el momento" dará continuidad a la aproximación con el mundo árabe, establecida por su predecesor Luiz Lula da Silva, pese a la crisis política que afecta a Egipto, y semanas atrás derribó al gobierno tunecino, señaló hoy una fuente diplomática.

"Por el momento no hubo ninguna orientación en el sentido de revisar" la política de acercamiento de las relaciones con el mundo árabe, mientras la Cancillería "observa atentamente la evolución" de la crisis en Egipto, señaló el vocero diplomático.

Precisó además que "llevamos sólo 33 días de gobierno de la presidenta Rousseff, que ha tenido prioridades como las lluvias del sudeste, por eso aún no hubo un tratamiento" profundo sobre la posición frente al mundo árabe y en Medio Oriente en general.

El canciller Antonio Patriota es informado "permanentemente" de la situación y el embajador en El Cairo, Cesario Melantonio Neto, reporta "varios" informes diarios.

El gobierno brasileño emitió un comunicado, el lunes, sobre la situación egipcia en la que señaló que observa la crisis pero evitó hacer referencias a la posibilidad de que se inicie una transición política posterior al gobierno de Hosni Mubarak.

En 2005, Brasil organizó y fue sede de la primera cumbre de jefes de Estado suramericanos y árabes, en el marco del acercamiento impulsado por Lula, quien en sus ocho años de gobierno visitó Egipto, Argelia, Siria y Palestina, entre otras naciones árabes, así como Israel e Irán.

El ex gobernante y mentor político de la actual mandataria Rousseff, también impulsó la participación de su gobierno en las conversaciones de paz entre árabes e israelíes.