Incorporar a las comidas de verano más frutas, verduras y mantener una buena hidratación ayuda a evitar los trastornos de salud que pueden causar en el verano las altas temperaturas, sobre todo a los niños y a los ancianos.
La alimentación, de acuerdo a lo indicado por los especialistas, cumple un rol clave en la prevención de cuadros de deshidratación y complicaciones sanitarias durante el verano.
El ministro de Salud, Juan Manzur, sostuvo que "en estos días de tanto calor es importante consumir todos los nutrientes que se necesitan", y aclaró que "no solamente con alimentos sólidos, sino también con una importante cantidad de líquidos".
Manzur destacó, en un comunicado, la importancia de mantenerse hidratado ante la presencia de temperaturas agobiantes y para eso recomendó "además de tomar agua, incorporar jugos naturales que, además de nutrir contribuyen a una alimentación equilibrada".
En ese marco, añadió que "también el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos aumenta durante el verano".
Por eso, estimó "fundamental tomar algunas medidas para que la alimentación sea segura, especialmente cuando se registran altas temperaturas".
Manzur explicó que "es importante mantener la cadena de frío en los productos perecederos" ya que "si ésta se rompe aumenta el riesgo de que distintos microorganismos contaminen los alimentos, aumentando las posibilidades de que la persona se intoxique".
La cartera sanitaria destacó entre sus recomendaciones ingerir por lo menos de 2 litros de líquido a lo largo del día, agua con o sin gas, jugos y licuados naturales de frutas o verduras.
También realizar varias comidas en porciones pequeñas para no sobrecargar el trabajo digestivo y evitar los alimentos muy calientes y los de alto contenido en grasa y sodio.
Señaló que hay que tratar de no consumir cuando hace calor las frituras, que suelen caer pesadas, tienen un proceso de digestión lento y hay que incluir leche y yogures frescos en la dieta, reduciendo el consumo de bebidas alcohólicas y cafeína e infusiones calientes.
Por su parte, Sergio Muryán, jefe de Cardiología y Unidad Coronaria del Sanatorio de los Arcos, coincidió en que "las altas temperaturas pueden provocar cambios en el organismo que a veces perjudican nuestra salud, como los golpes de calor".
Muryán insistió en la importancia de la hidratación "en los personas que integran los grupos de riesgo", entre ellos hipertensos, cardíacos y diabéticos y "mantener una dieta sana".
El especialista sostuvo en cuanto a la alimentación que "es recomendable reponer líquidos y sales que se pierden con la sudoración e incorporar ensaladas, frutas, verduras y jugos en mayores cantidades".
En tanto, insistió en la importancia de "la hidratación adecuada de los niños y los grupos mayores de 65 años, en los cuales el golpe de calor puede tener consecuencias graves".
En igual sentido, Mónica Katz, nutricionista de la Universidad de la Fundación Favaloro, sostuvo que ante una ola de calor "la comida tiene que ser fresca y sana, para incorporar nutrientes y agua al organismo y que este funcione mejor".
Katz propuso "incorporar las frutas y verduras de estación a la dieta que, además de agua, aportan vitaminas y fibra".
También aconsejó "hacer atractivos los menúes incluyendo carnes magras y vegetales, para sentirse saciado y a gusto con cada comida".
Algunas de las alternativas para el desayuno y la merienda recomendadas por los nutricionstas pueden ser: un vaso de yogur bebible entero o descremado adicionado con dos cucharadas de cereales o una fruta o postre a base de leche.
Un jugo de frutas con leche o agua con azúcar o edulcorante, más 2 tostadas ó 4 a 5 galletitas de agua o de salvado con queso y mermelada.
Otra opción puede ser un vaso de jugo de naranja o de licuado de frutas con leche o agua y una rodaja de pan de salvado con queso y dulce.
En tanto en el almuerzo o cena, se puede elegir entre: tomates rellenos con atún, arvejas, la pulpa del tomate, arroz y poca mayonesa.
Pollo frío sin piel, carne magra o pescado, acompañado con ensalada completa y se le puede adicionar una cucharada de aceite de girasol u oliva.
También sugirió ensalada de verduras (que contenga huevo, vegetales y jamón o pollo), tartas o tortillas de verduras (zapallitos, acelgas o berenjenas), salpicón de ave con verduras o una parrillada de vegetales con una porción chica de carne desgrasada.
En tanto que a la hora del postre se puede optar por helados de frutas, ensalada de frutas, postre con leche, yogur con frutas o cereales, gelatina sola o con trozos de fruta o frutas frescas de estación. (Télam).-
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