Desde hace cinco años transitar por esta arteria es caótico. Líquidos cloacales, agua estacionada, desperdicio de fábrica, barro podrido. Casas en donde rebalsan los resumideros. A pesar de los innumerables reclamos a la SAT no se resuelve el problema. Cuatro punteros políticos del oficialismo y oposición viven en la zona.
Cuando llueve se inunda, cuando no hay precipitaciones la situación es la misma. En Monteagudo al 1500, justo en la esquina que se forma con calle Perú no para de salir agua. A varios vecinos se les rebalsan los resumideros, hay líquidos cloacales y desperdicios de la javonera “La Mariposa” que está en Rivadavía al 1700, por toda la zona.
Una situación similar se vive en la esquina de Monteagudo (altura 1400) y Bolivia. La calle parece un verdadero río. La gente para hacer las compras debe ir saltando de piedra en piedra para no mojarse y taparse la nariz por los olores nauseabundo. Algunos más acostumbrados sacan las ojotas y se largan. Es que desde hace más de cinco años que se vive esta situación. Situación que se repite en casi todos los barrios de la Capital.
Los vecinos se cansaron de pedir a las autoridades que hagan algo, en especial a la SAT, presidida por Alfredo Calvo, pero no obtienen más que falsas promesas. “La cantidad de grasa que sale de la javonera tapa las bocatormentas y resumideros por eso cuando llueve se inunda todo”, comentó Laura Paz, vecina del lugar. “Luego de estas últimas tormentas comenzó a salir más agua, incluso, a algunos vecinos se les llena mucho de agua las piletas, porque todas las cloacas están tapadas”, agregó.
Pero no solamente hay agua cuando llueve, en días soleados la calle parece un río, como se observa en la foto. “La calles se llenan de barro podrido, las motos y autos patinan. Salpican todo a las veredas lo cual hace que persistan los olores horribles”, describió.
Además indicó que a pesar de que “hay punteros políticos que viven en la zona que pertenecen a Ricardo Bussi, Carolina Vargas Aignasse, Alito Assan y Alfaro, ninguno nos dio ningún tipo de solución. Solo promesas que quedaron en nada” e indignada destacó que “no podés tener ventanas abiertas porque entra el olor, cruzar la calle es un odisea porque tenes que ir buscando algún rincón seco”.
Una situación que se repite en todos los barrios
La problemática se repite en casi todos los barrios de la Capital tucumana. Agua estancada, olores nauseabundos, agua limpia que cesa de fluir. Mientras desde el gobierno de la provincia piden cuidar el agua, desde la SAT, empresa cuyas mayores acciones pertenecen a la Provincia, no se preocupan por el tema. Las faltas de obras son evidentes. Las autoridades tienen el compromiso político, ético y sobre todo constitucional con los vecinos, de garantizar un medio ambiente sano, saludable. Resulta indignante, por lo tanto, que en pleno siglo XXI, con un gobierno que destina una importante partida presupuestaria a las obras públicas estas cosas ocurran.
Sebastián Ganzburg
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