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AMPLIARMinisterio de Economía de la Nación.

Una misión argentina viaja a Francia para acordar plazos con el Club de París

Será en el transcurso de esta semana. Las posiciones entre las partes se acercaron casi hasta un acuerdo en el último viaje que realizó el ministro de Economía, Amado Boudou, al país europeo y la diferencia sobre el monto de la deuda era de apenas el 2 por ciento.

Técnicos del Gobierno argentino viajarán esta semana a Francia para terminar de acordar cuál es el monto de deuda que el país deberá pagarle al Club de París y en qué plazos.

Las posiciones entre las partes se acercaron casi hasta un acuerdo en el último viaje que realizó el ministro de Economía, Amado Boudou, al país europeo y la diferencia sobre el monto de la deuda era de apenas el 2 por ciento.

El propio Club de París reconoció días atrás que ese grupo de acreedores y la Argentina se encontraban "muy cerca" de alcanzar un acuerdo que le permita al Gobierno de Cristina Kirchner comenzar a saldar la única deuda en default que le resta al país.

Según el ministerio de Economía, el monto que el país debería abonar es de 6.276 millones de dólares, que es el nivel de deuda existente al 25 de diciembre de 2001, cuando la fugas administración de Adolfo Rodríguez Saá decretó el default.

Las partes están muy cerca de alcanzar un acuerdo sobre el monto del pasivo original, pero aún persisten fuertes diferencias sobre los intereses punitorios reclamados por los países más inflexibles del Club de París, Alemania y Japón.

Los miembros del grupo de acreedores incluyeron en las discusiones los intereses y creen que la Argentina le debe más de 8.000 millones de dólares, debido a los intereses acumulados desde 2001.

El propio Boudou admitió que aún se está "trabajando en la conciliación de los números con el Club de París", aunque en la administración kirchnerista reina el optimismo y se sostiene la intención de que haya un anuncio antes de marzo.

La posición de Alemania y Japón son determinantes para el arribo de un acuerdo, dado que esos dos países concentran el 60 por ciento de las acreencias y quieren que el país les pague en 18 meses el capital y los intereses.