La ONU, que intenta asistir a cerca de 1.000 millones de personas hambrientas en el mundo, anticipa otra crisis alimentaria este año. Y las señales de la nueva tormenta han estado allí desde hace tiempo.
Por Thalif Deen para IPS.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO), con sede en Roma, alertó la semana pasada que los precios mundiales del
arroz, el trigo, el azúcar, la cebada y la carne seguirán altos o registrarán
significativos aumentos en 2011, quizás replicando la crisis de 2007-2008.
Rob Vos, director de políticas de desarrollo y análisis en el
Departamento de Economía y Asuntos Sociales de la ONU (Organización de las
Naciones Unidas), dijo a IPS que el aumento de los precios ya estaba afectando a
varios países en desarrollo.
Indicó que naciones como India y otras de
Asia oriental y sudoriental sufren ya inflación de dos dígitos, impulsada por el
aumento de los precios de los alimentos y de la energía.
En Bolivia, el
gobierno se vio obligado a reducir los subsidios a algunos de los alimentos de
la canasta básica, ya que estaban disparando el déficit fiscal.
Las
implicaciones a corto plazo no sólo son que los pobres se verán afectados, y que
más gente podría ser arrastrada a la pobreza, sino que además se dificultará la
recuperación de los países que afrontan una mayor inflación y caerá el poder
adquisitivo de los consumidores en general, indicó.
Algunos bancos
centrales están endureciendo sus políticas monetarias, y gobiernos se ven
obligados a ajustar el cinturón fiscal, señaló Vos, también jefe economista de
la ONU.
Frederic Mousseau, director de políticas del Instituto Oakland,
con sede en la occidental ciudad estadounidense de San Francisco, dijo a IPS que
en septiembre pasado Mozambique ya había sufrido revueltas populares por los
altos precios del pan.
Unas 13 personas murieron en esas protestas,
señaló.
"Manifestaciones afectaron a unos 30 países en 2008, y esto
podría repetirse ya que la situación no ha cambiado en los últimos tres años",
sostuvo Mousseau, autor del libro "El desafío de los altos precios de los
alimentos: una revisión de las respuestas para combatir el hambre".
Los
países más vulnerables son los más dependientes de las importaciones y los menos
capaces de afrontar el incremento de los precios en los mercados con políticas
públicas, sostuvo.
Esto concierne a muchas de las naciones más pobres,
con menos recursos, menos instituciones y menos mecanismos públicos para apoyar
la producción de alimentos, explicó Mousseau.
A fines del año pasado
hubo protestas en China por los altos precios de los almuerzos para estudiantes
de secundaria, y en Argelia por el incremento de la harina, la leche y el
azúcar.
Los argelinos volvieron a tomar las calles la semana pasada para
protestar contra las duras condiciones económicas. Las manifestaciones
terminaron con tres muertos y cientos de heridos, mientras que en la vecina
Túnez disturbios similares causaron al menos 20 víctimas fatales.
Según
el índice de la FAO divulgado la semana pasada, los precios de los cereales, las
semillas oleaginosas, los lácteos, las carnes y el azúcar continuaron aumentando
por seis meses consecutivos.
"Estamos entrando en terreno peligroso",
dijo Abdolreza Abbassian, economista de la FAO, a un diario londinense.
Mousseau explicó que los precios comenzaron a aumentar en 2010 luego
malas cosechas en Rusia y Europa oriental, en parte debidas a los incendios del
verano boreal.
Ahora, las severas inundaciones que azotan Australia, el
cuarto mayor exportador mundial de trigo, probablemente afectarán la producción
de ese cultivo e impulsarán aun más los precios al alza, predijo.
"Cualquier otro acontecimiento, como otro desastre climático en algún
país exportador o un nuevo incremento del petróleo, sin duda alguna disparará
los precios y hará que la situación sea peor que en 2008, amenazando por tanto
el sustento de miles de millones de personas en todo el mundo", añadió.
No obstante, Mousseau aclaró que no se trataba de un problema de
escasez, como ocurrió en 2007-2008. "No se puede usar la palabra escasez si se
considera que más de un tercio de los cereales producidos en el mundo son usados
como alimento para animales, y que una parte cada vez mayor es utilizada para
hacer agrocombustibles", dijo.
De hecho, en el mundo se produjeron 2.232
millones de toneladas de cereales en 2008, una cifra sin precedentes, destacó.
El nivel de producción para el periodo 2010-2011 es levemente menor que
en 2008.
A diferencia de aquel año, cuando el arroz fue el que impulsó
el incremento de los precios, esta vez es el trigo.
Pero, en todo caso,
se debe a una combinación de factores: una mala cosecha en una parte del mundo
supone una presión sobre el mercado, lo cual envía señales negativas a los
especuladores. Estos entonces comienzan a comprar y los precios se disparan.
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