Que Haití no se recuperará del trauma de 2010 por muchos años es una verdad triste, pero aceptada. Lo peor es que parte de la ayuda que recibe está minando la propia capacidad de los haitianos para salir adelante.
Por Elizabeth Whitman, para IPS.
La forma como se gastan los fondos de los donantes en Haití permite dar un
vistazo a los problemas arraigados en el sistema de asistencia a cargo de
agencias humanitarias, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el
gobierno haitiano, según expertos de Oxfam.
"No importa cuánto dinero se
destine mientras no haya un gobierno suficientemente fuerte para tomar
decisiones", dijo Martin Hartberg, autor de un informe de Oxfam divulgado el 6
de este mes y titulado "De la emergencia a la reconstrucción: Apoyar el buen
gobierno de Haití tras el terremoto".
Lo que se necesita es "que el
propio gobierno asuma la responsabilidad", declaró a IPS.
Las elecciones
nacionales del 28 de noviembre sumieron a Haití en otra crisis. Los principales
candidatos exigieron anular los comicios. Miles de ciudadanos no pudieron
sufragar.
Una misión de observadores de la Organización de los Estados
Americanos realiza un nuevo conteo de los votos, y se prevé una segunda vuelta
electoral para fines de febrero, aunque el gobierno del presidente René Préval
finalizará el 7 de ese mes.
"Necesitamos estabilidad política, porque de
lo contrario ningún donante se verá incentivado a dar, y necesitamos un gobierno
fuerte que pueda tomar decisiones", dijo a IPS por correo electrónico Emmanuelle
Schneider, portavoz de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de
Asuntos Humanitarios (OCAH) en Haití.
Pero independientemente del
resultado de las elecciones, los donantes y las miles de organizaciones
humanitarias en el terreno tienen que trabajar con los funcionarios haitianos a
fin de traducir su dinero y sus esfuerzos en éxitos a largo plazo.
La
Comisión Interina de Recuperación de Haití se creó para ese fin y para
"garantizar que la planificación e implementación de los esfuerzos de
recuperación estén liderados por los haitianos", según su sitio web.
La
Comisión, conducida por el ex presidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001)
y el primer ministro haitiano Jean-Max Bellerive, también instaló una Oficina de
Desempeño y Anti-Corrupción para contribuir con la transparencia.
Sin
embargo, el informe de Oxfam concluye que la Comisión no logró "mejorar la
coordinación, desarrollar una infraestructura estatal ni hacer que donantes y
gobierno se unan para conducir de modo efectivo el proceso de reconstrucción".
La comunidad internacional también es responsable, por haber hecho
demasiado poco para apoyar la buena gobernanza y un liderazgo efectivo en el
país caribeño, según el estudio.
El terremoto del 12 de enero de 2010
destruyó 28 de los 29 ministerios. Un año después, los recursos y la capacidad
del gobierno siguen muy limitados, dijo Hartberg.
Sin embargo, en vez de
eludir a los funcionarios del Estado, donantes y agencias internacionales
deberían ayudar a construir la infraestructura de Haití con habilidades,
conocimiento y recursos económicos, agregó.
Según el informe de Oxfam,
"las agencias de la ONU y algunas organizaciones no gubernamentales han
replicado o ignorado completamente a los organismos gubernamentales existentes",
mientras que, simultáneamente, los donantes tienden a brindar ayuda
directamente, a través de la ONU y de entidades de la sociedad civil, tanto
haitianas como internacionales.
Esto condujo a una mala coordinación de
aspectos fundamentales de la reconstrucción, sostiene el reporte.
Por
ejemplo, la mayoría de los donantes aportaron dinero para construir viviendas
transitorias, pero desatendieron el presupuesto para despejar unos 20 millones
de metros cúbicos de escombros.
A consecuencia, un año después se
removió apenas cinco por ciento de esos escombros y se construyeron solamente 15
por ciento de las casas temporarias.
Aunque es probable que miles de
vidas se hayan salvado gracias al trabajo de organizaciones humanitarias en
Haití, la manera como se distribuyan en el futuro los fondos y la asistencia
puede ser tan importante como la ayuda misma.
No todos los ministerios
son disfuncionales. Oxfam menciona la autoridad nacional de agua y saneamiento,
algunos departamentos de los ministerios de Salud y Agricultura y muchos
alcaldes como ejemplos de "instituciones capaces de asumir un rol de conducción
en la recuperación".
Pero los donantes también tienen que desembolsar
los fondos que prometieron, y con transparencia.
Según la Oficina del
Enviado Especial para Haití, para fines de 2010 se habían aportado efectivamente
63,6 por ciento de los 2.010 millones de dólares comprometidos para el año
pasado.
Para los esfuerzos inmediatos de recuperación del país se
prometieron 5.300 millones de dólares. El Banco Mundial dice que hasta ahora
sólo se aportó alrededor de 1.200 millones.
Haiti Aid Watchdog, una
organización no gubernamental con sede en Miami y Puerto Príncipe, dijo que
transcurridos los primeros meses posteriores al terremoto, los esfuerzos de
ayuda se hicieron cada vez menos visibles.
Aunque Haití cubrió en 2010
todo el espectro de desastres, desde el terremoto de enero hasta el brote de
cólera en los últimos tres meses, las condiciones de vida para la vasta mayoría
de la población ya eran funestas. Más de la mitad de los haitianos vivían con
menos de un dólar diario, y uno de cada tres niños padecía desnutrición.
"La reconstrucción lleva tiempo", dijo Hartberg, y ya "se demoró
demasiado".
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff