Miles de personas se agolparon ayer en calles de Tucumán por las cuales pasaron los vehículos que participan en el Rally Dakar 2011. La zona de la terminal de ómnibus, el Hipódromo era una río de personas que se deslizaban presurosas buscando ubicación para observar y comentar. Un verdadero circo de personajes.
“Huuy papá mira ese auto que bueno está”, decía un niño sentado en los hombros de un cansado señor, que chorreaba sudor por todo su cuerpo.
A su vez, agraciadas mujeres, de diversas edades, mostraban las huellas del sol en el rostro, piernas y brazos. Con unos diminutos pantaloncitos algunas se paseaban por la vereda que hacía de “pasarela”. La tribu de varones aplaudían, chiflaban y gritsban cualquier cosa con tal de llamar la atención de las señoritas. Ah, eso sí, los celulares con la música al mango. Desde Chiquino , pasando por La Champion League, Dread Mar I, hasta algo de Karina, los aparatos quedaban al rojo vivo y devoraban las baterías.
Miles de tucumanos y tucumanas, mezclados con visitantes de otras latitudes daban clases de carretajes en cualquier lugar más o menos cercano al hipódromo.
Los vendedores de helados y gaseosas no daban abasto voceando sus mercaderías y entregando botellas, latitas, sorbetes y cucuruchos con extraños colores y sabores. Todo valía, el asunto era calmar la sed, aliviarse un poquito del calor y esperar la llegada de los vehículos.
Los inspectores de tránsito y la policía mostraban los peores gestos en sus rostros. La mayoría con cara de embole, otros con ojeras que parecían paltas y unos pocos con la mueca característica del “no veo la hora de irme a la mier”. Lógico si algunos llevaban más de 6 horas parados.
Algunas parejas sentadas en el pasto se hacían unos mismos que hubiesen sonrojados a los hermanos Suller, otras ya miraban con ojos de querer otra “negrita fresca y espumosa”. Esos no deben haber visto pasar a ninguno de los competidores.
“Estos seguro gastaron la guita de los jubilados, para organizar esta carrera, mascullaba un veterano mientras su compañero asentía con la cabeza respondiendo: “ Y buee, total ya van a aumentar la luz (¿¿¿???) y la recuperarán” ; en dos minutos estos tucumanos se quedaron en forma exclusiva a la sombra de una morera, ya que los cometarios negativos hicieron escapar quiénes estábamos cerca.
Un Tucumán de fiesta con la participación de aquellos a los cuales les gusta el automovilismo junto a los otros que van a caretear y observados por alguien que no le gusta este supuesto deporte, como es quine firma abajo.
Por lo escuchado en el recorrido peatonal que hizo el cronista , que el único auto que reconoce es el Peugeot 504, todos son grandes “expertos” en Rally, sobre todo del Dakar, y eso que es la primera vez que pasa por el Jardín de la República.
Si es para divertirse y pasarla bien en estos días de bolsillos flacos, vale. Volvé Dakar te perdono.
Daniel A. Villalba
villalbadaniel07@gmail.com
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