Hemos hecho realidad la accesibilidad de millones a la información, el entretenimiento y la cultura mediante la implementación de la TV digital en el país.
Hemos cumplido con mirada de aplicabilidad social antes que de innovación tecnológica con el mandato de la presidenta de garantizar un democrático vínculo entre la población más humilde y el medio más importante como lo es la televisión.
Por más cifras falsas que se expresen como en la nota de hoy de Clarín
firmada por el periodista Alejandro Alfie, la televisión digital es hoy
una realidad palpable en nuestro país.
Este cambio en los
patrones tecnológicos de cómo se propaga la señal televisiva lo fuimos
construyendo en un tiempo corto y firme que mereció incluso el
reconocimiento, por lo hecho en apenas un año, de funcionarios de Brasil
y de Japón.
La TDA no es una política pública de tiempos
acotados, es una decisión tecnológica y social que involucra a millones
de argentinos y a los medios de comunicación más importantes y como tal
se asienta en realidades concretas, en logros verificables y en pasos
seguros que vayan garantizando su consolidación.
Es más y mejor
televisión para los más humildes, los que no pueden pagar su cuota por
el cable y no tienen acceso a contenidos audiovisuales ni en cantidad ni
en la calidad de como lo reciben.
La televisión abierta vuelve a
tener, con la TDA, un lugar de importancia y es lógico que los dueños
de la TV por vínculo físico (cable) vean amenazado su espacio de mercado
pues con la TDA estimamos que en dos años habrá bloques, según la zona,
de 30 o más señales que en forma gratuita llegarán a los hogares.
Esa
es la verdadera causa de un crítica que no respeta el esfuerzo
tecnológico, comprobado, que la Argentina hace y que le permite lideran
en América Latina el área de la televisión abierta digital.
Cómo
no van a reaccionar mal los que creen únicamente en el sistema
broadcast, generalista y punto-multipunto si con la TDA llega la
interactividad mediante un middleweare que permite compartir contenidos
entre emisor y receptor.
Estamos avanzando en el modelo
productivo del siglo 21 que es lo digital. Sabemos muy bien lo que
hacemos y estamos permanentemente vinculados a foros internacionales que
nos muestran lo acertado de nuestro rumbo.
En la Argentina habrá
televisión digital no por arte de magia o porque el mercado lo haya
impulsado, sino por una decisión correcta de la Presidenta y el impulso
cotidiano del Ministerio de Planificación que con mirada federal y
equilibrada, conduce este proyecto.
No es nuestro deseo
confrontar con nadie y tenemos hacia los broadcaster privados una
actitud colaborativa, incluso se le asignó a los 4 canales más
importantes del país con asiento en Capital, su frecuencia UHF en
digital para que hagan sus pruebas y pueden emitir prontamente en el
nuevo modo.
Queremos que sumen sus contenidos a los que hoy
ofrece la TV pública nacional y varias frecuencias provinciales. Estamos
compatibilizando la digitalización de más de 500 emisoras de baja
potencia para que también se sumen.
Trabajamos con todas las
provincias y las universidades para que encaren el desarrollo de sus
señales, autorizados por la ley 26522.
Esto es lo que, tal vez,
molesta a los que desde 1950 a la fecha lograron concentrar en solamente
33 canales abiertos toda la oferta televisiva generalista. Vamos a
poner en valor más de 300 canales y señales que en todo el país
redundarán en beneficio de millones de televidentes y en miles de
hacedores de nuevos contenidos.
Se relanzó la industria
metalúrgica vinculada al software y a las telecomunicaciones. Se
fabrican, gracias a este proyecto de TDA, en el país transmisores,
conversores, conectores, antenas y otros.
Hay un estado de
exultancia en la industria nacional que no puede ser mancillado por
notas como la que hoy se publican.
Hay entusiasmo y esperanza
profesional y laboral en los que hacen la televisión desde adentro como
locutores, actores, camarógrafos, guionistas, iluminadores,
maquilladores. Se vuelve a vivir el espíritu de la época de oro de la TV
pero mucho más diversificada.
Jóvenes realizadores en todo el
país aprontan sus capacidades para producir nuevos contenidos. Las
organizaciones sociales, cooperativas, pymes, comunitarias podrán hacer
televisión.
Tal vez todo esto sea lo que molesta y no permita ver
los logros de una más que atinada decisión del gobierno como lo fue, a
partir del decreto 1148, digitalizar la TV argentina.
Osvaldo Nemirovsci*
(*)
Coordinador General del Sistema de Televisión Digital Argentina,
Ministerio de Planificación Federal.
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