El presidente chileno, Sebastián Piñera, anunció siete reformas estructurales para el próximo año y dijo que está dispuesto a hacerlo aún a costa de su popularidad, que se ubica entre el 50 y 51 por ciento.
La cifra es similar al porcentaje con el que fue elegido el 17 de enero, convirtiéndose en el primer gobernante de derecha electo en 50 años y que puso fin a dos décadas de la coalición de centro izquierda que sucedió a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
"Ninguna reforma de verdad, esas que cortan los nudos gordianos, se hace en medio de abrazos y champañazos. Estamos dispuestos a asumir todos esos desafíos. Y tengo claro que sacar adelante nuestras siete reformas el 2011 puede chocar con la popularidad de corto plazo", señaló en entrevista con el diario el Mercurio. El próximo año será de grandes reformas estructurales "y le puedo asegurar que todas y cada una de ellas van a enfrentar formidables obstáculos", afirmó.
"Estamos perfectamente conscientes de que la lucha contra la delincuencia, la lucha contra la pobreza, la modernización del Estado, van a enfrentar también grandes dificultades. Adicionalmente, estamos enfrentando la reforma a nuestro sistema político y la reforma a nuestro sistema ambiental", destacó.
"Todo esto ocurrirá el año 2011, va a ser un año de grandes reformas", anunció Piñera.
En "el año 2012 ya son las elecciones municipales y el 2013 las elecciones presidenciales, y por tanto el tiempo apremia", dijo el presidente respecto al ritmo acelerado de las reformas.
"Si hemos decidido enfrentar siete reformas es porque tenemos la fortaleza moral y la fortaleza de voluntad para hacerlo. Pero yo pienso que la gente va a reconocer y está reconociendo este esfuerzo", opinó.
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