Una serie producida y difundida por Canal 13 de Chile, con índices altos de sintonía y que retrata la realidad de la década de los 80, abordó por primera vez la represión, la tortura, el exilio y el fantasma de la desaparición forzada, a dos décadas del retorno a la democracia.
Ambientada entre 1982 y 1986, la serie "Los 80", retrata la realidad social, política y económica en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y generó debate en el país.
La historia se proyecta a partir de la vida de los Herrera,
familia de clase media encabezada por el padre, Juan, machista y
conservador, y la madre, Ana, quien inicia una independización
económica no exenta de dificultades.
El matrimonio tiene cuatro hijos: Claudia, estudiante de
Medicina, de 20 años y opositora a la dictadura; Martín, con un
paso breve por la Fuerza Aérea y que estudia Educación Física, y
Félix, travieso y observador, de 10 años. La cuarta hija es la
bebé Ana, quien nació en la segunda temporada de la serie y
ahora tiene un año de vida.
"Los 80" recuerda sucesos que marcaron la década, como la
recesión económica, el terremoto de 8 grados Richter de marzo de
1985 y la represión de la dictadura, a través de la Central
Nacional de Inteligencia (CNI).
"Si bien no empezó como una serie política, porque la familia
Herrera era como la gran mayoría de los chilenos, que estaba en
medio de una batalla, también pasó que esa mayoría que estaba al
margen empezó a involucrarse, porque era inevitable: Abrieron
los ojos, se dieron cuenta de lo que pasaba realmente", explicó
el actor Daniel Muñoz, quien personifica a Juan.
La década del 80 en Chile marcó el inicio de la resistencia
que tuvo un punto culminante en el plebiscito de 1988 y, por
consiguiente, en el fin de la dictadura.
Durante esos años la evidencia de la desaparición forzada se
develó y, pese a que ya a fines de los 70 Naciones Unidas
condenó a la dictadura de Pinochet, la represión continuó.
Los estudiantes fueron la base de la resistencia y fue en
universidades y organismos sociales donde comenzó a gestarse el
fin de la dictadura y sus crímenes.
Es en ese contexto en el que, en la ficción, Claudia conoció
a Gabriel, estudiante de medicina tímido y muy misterioso que
con el correr de los capítulos se devela como un revolucionario,
miembro activo del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
"Si bien el personaje es ficción, está inspirado en muchas
historias reales y por eso hay que tratarlo con mucha
delicadeza, con humanidad, con dignidad", afirmó el actor Mario
Horton, quien personifica a Gabriel.
La relación de Gabriel y Claudia está marcada por la
clandestinidad del joven, por lo que sus encuentros son a
escondidas, en un hotel de la capital.
Allí, acompañados siempre por una botella de vino y los
cigarrillos de él, la pareja da rienda suelta a la pasión, pero
siempre con el fantasma de la muerte, y las desapariciones, que
llegaron a por lo menos 1.192 personas.
Las horas de amor de la pareja las custodia un colaborador
del Frente, quien es capturado por la CNI y torturado. Las
escenas de tortura, las primeras que se exhiben en Chile en una
serie de televisión familiar, masiva y con alta audiencia,
muestran al delator desnudo e inconciente y también al
torturador, quien hace una pausa y habla con su esposa por
teléfono de temas cotidianos, como los regalos a sus hijos.
Finalmente, la víctima no sólo delata a Gabriel y a otros
frentistas, sino que además habla de Claudia y de los encuentros
amorosos en el hotel.
El último capítulo de la tercera temporada, transmitido el
domingo, marcó una audiencia de 32,5 puntos, con picos de 40. Su
competidor más cercano, la Televisión Nacional, alcanzó un
máximo de 13,7 puntos.
Las escenas mostraron un enfrentamiento entre Gabriel ¿que es
descubierto saliendo del hotel-, y tres agentes de la CNI, uno
de los cuales muere abatido por el revolucionario. También el
escape de la pareja y la angustia de Claudia, quien al final
abandona casa y familia por recomendación de Gabriel, quien le
sugiere el exilio.
La joven, con identificación falsa, sale por la puerta de su
hogar rumbo a Argentina y sólo deja una carta a su familia, que
descansa de una celebración de Año Nuevo. Es 1ro. de enero de
1986 y el espectador desconoce si Claudia vivirá y volverá.
"Es un muy buen trabajo, bien hecho, dirigido al público, con
la única intención de que la familia chilena se pueda reconocer
en este viaje a los años 80, y evaluar su situación actual en
relación a cómo éramos antes. Para mi gusto es todo un material
de excelencia, y por lo mismo ha sido reconocido", afirmó Muñoz.
El final es abierto y da pie a la cuarta temporada, para
retratar un año marcado por el atentado fallido contra Pinochet
por parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y el
consecuente asesinato del periodista José Carrasco Tapia, quien
fue acribillado a balazos como represalia.
El debate generado por la serie, que se divide entre quienes
rechazan o aplauden cómo se abordó la represión de la dictadura,
fue celebrado por Muñoz, quien considera que es uno de los
mayores logros de la serie.
"Me parece excelente que 'Los 80' genere discusión. Es lo que
hace falta, sobre todo en una época en que mucha gente bloquea,
y por eso mismo muchos no ven la serie. Porque una cosa es lo
que pasó, pero otra cosa es lo que se muestra en 'Los 80', que
es cómo se vivió la época a través del sentimiento", afirmó.
La serie se transmitió los domingos en horario central, a las 22, es decir en la franja de audiencia y valor publicitario mayores.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff