Ignacio de los Reyes para BBC Mundo, México
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que a menudo
colabora en otros países en la investigación de asesinatos por motivos
políticos, se encarga desde 2005 de recuperar y analizar los cuerpos de
víctimas de los llamados "feminicidios".
Así se conoce en México a los asesinatos a mujeres, una lacra que desde hace años ha golpeado sobre todo a Ciudad Juárez.
En esta ciudad fronteriza, considerada como la
más violenta del país, organizaciones no gubernamentales estiman que
sólo en 2009 y 2010 cerca de 300 mujeres fueron asesinadas.
"La mayoría eran jóvenes y pobres. Algunas
trabajaban en máquinas (fábricas de ensamblaje) y desaparecieron al
salir del trabajo, otras fueron víctimas de la violencia doméstica o
estaban involucradas en la prostitución", según el EAAF. En otros casos
las mujeres eran víctimas de la trata de personas y el narcotráfico.
Lea: Las nuevas muertas de Ciudad Juárez, ¿cuántas son?
En el desierto y en narcofosas
DESDE ARGENTINA
Valeria Perasso, corresponsal de BBC Mundo en Argentina:
- Muchos de los "desaparecidos"
durante el último régimen militar (1976-1983) fueron ejecutados y
enterrados en fosas comunes aquí y allá.
- Desde 1984, el EAAF logró confirmar la identidad de casi 350 personas.
- El equipo trajo espátulas y
cepillos, técnica y paciencia allí donde antes las exhumaciones se
habían hecho a punta de palas mecánicas, rompiendo huesos viejos,
mezclando restos de individuos o arruinando pruebas clave para
esclarecer delitos, como los restos de proyectiles enterrados junto a
los muertos.
En diciembre de 2003, la organización
estadounidense Washington Office on Latin America (WOLA) y dos
agrupaciones locales de Juárez, Justicia para Nuestras Hijas y Nuestras
Hijas de Regreso a Casa, solicitaron el apoyo de los forenses argentinos
para esclarecer algunos casos.
Según un informe que el EAAF publicará en enero
de 2011 con las conclusiones de su investigación, el equipo logró
recuperar o analizar los restos de al menos 83 mujeres desde 2005 hasta
2009. Algunas de ellas llevaban muertas casi doce años.
La mayoría de los huesos estaban guardados en
instituciones médicas y forenses de Juárez y la ciudad de Chihuahua,
aunque también lograron desenterrar restos que aguardaban en fosas
comunes de los cementerios, así como en "narcofosas" y zonas desérticas
en los alrededores de estas ciudades.
Vea: Las postales de las muertas de Juárez
Cráneos perdidos
El EAAF, que contó con un equipo de hasta 15
investigadores en México, logró identificar a 33 mujeres asesinadas. Los
demás restos aún no tienen un nombre, y más de 40 familias esperan para
saber dónde están los cuerpos de sus hijas y hermanas.
El EAAF les ayuda a las Madres de Plaza de Mayo a encontrar los cuerpos de sus hijos desaparecidos.
"Había un grupo de casos donde las familias
tenían dudas de si habían recibido los restos correctos" de manos de las
autoridades locales, explica Mercedes Doretti, directora del proyecto.
"De hecho algunas no aceptaron las identificaciones oficiales y no
recogieron los restos", añade.
Según le cuenta Doretti a BBC Mundo, su equipo
se encontró con "graves irregularidades metodológicas y de diagnóstico"
en la forma en que se llevaban a cabo las identificaciones de estas
mujeres.
"No se hacían rastreos ni se especificaba la
ubicación de los cuerpos, algunos restos no llegaban al laboratorio, se
perdían cráneos y los resultados de los análisis eran contradictorios…
no se veía una investigación profunda en la mayoría de los casos",
denuncia.
¿Quiénes son los agresores?
Estábamos acostumbrados a trabajar en
contextos de dictaduras y guerras, donde uno tiene una idea de a qué
grupo podrían pertenecer los agresores. En Juárez conocemos a las
víctimas, pero no a los asesinos
Mercedes Doretti, investigadora
El EAAF trabaja también en otras partes del mundo como África, Oriente Medio y otros países de América Latina.
"Lo que diferencia nuestra investigación en
México de otras son los propios perpetradores" de los "feminicidios",
dice Doretti, quien pasó hasta 10 meses en Ciudad Juárez.
"Estábamos acostumbrados a trabajar en contextos
de dictaduras y guerras, donde uno tiene una idea de a qué grupo
podrían pertenecer los agresores: ejército, policía, paramilitares o
guerrilla", explica.
En México, "la motivación no parece política, como en los otros casos", dice.
El porqué se cometieron tantas negligencias a la
hora de investigar las muertes y las razones por las cuáles no se han
investigado a fondo algunos asesinatos son, de acuerdo a esta forense,
preguntas aún sin respuesta en Juárez: "Conocemos a las víctimas, pero
no a los asesinos".