El presidente chileno Sebastián Piñera, respaldó ayer la política de "tolerancia cero" contra la delincuencia implementada por su gobierno, en medio de críticas por el incendio que terminó con la vida de 81 personas detenidas en la cárcel de San Miguel, en Santiago, la madrugada del miércoles.
Piñera respondió a las declaraciones del presidente de la Corte Suprema, Milton Juica, quien ayer lamentó que "el mensaje político del momento es que lo mejor es que todas las personas estuvieran presas y no en libertad".
"No vamos a debilitar nuestro combate frontal y decidido
contra la delincuencia, porque ésa es la única forma de
devolverle a la gente honesta su derecho a vivir con mayor
seguridad y con mayor paz", afirmó hoy el mandatario.
En la tragedia que afectó a la cárcel de San Miguel, murieron detenidos que no superaban los 30 años de edad y que, en muchos casos, cumplían sus primeras condenas con penas por el robo de un celular, de 12 dólares o por vender discos "pirateados". La tragedia develó la crisis del sistema carcelario chileno y confirmó las condiciones de hacinamiento.
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