Argentina es un ejemplo a nivel mundial respecto a los Derechos Humanos. La decisión política que comenzó Néstor Kirchner en el 2003 y continúa en la actualidad bajo la presidencia de Cristina, de juzgar a los represores, que participaron de la última dictadura militar, por crímenes de lesa humanidad, constituye una bisagra en la historia de nuestro país. En Tucumán se hicieron dos juicios cuyos imputados fueron condenados a reclusión perpetua.
Prácticamente todas las grandes cabezas, como Videla, Menénez o Bussi en Tucumán fueron juzgados, condenados a reclusión perpetua y en muchos casos en cárcel común.
En nuestra provincia se realizaron dos juicios. La Causa Vargas Aginasse, en el 2008, donde los genocidas Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menendez fueron condenados a reclusión perpetua, bajo la modalidad de prisión domiciliaria. En ese momento el juez Gabril Casas presidía el Tribunal. Lo acompañaban Josefina Curi y Carlos Jiménez Montilla
Este año se realizó la Mega Causa Jefatura de Policía. Como imputados estuvieron los hermanos Luis y Carlos De Cándido, acusados por privación ilegítima de la libertad, crímenes de lesa humanidad y usurpación de vivienda; el “tuerto” Albornoz, jefe del D2, departamento de Inteligencia de la Policía; Cattaneo segundo en la cadena de mando en el ’76; Bussi, Zimmerman, jefe de policía por entonces y Menéndez. El Tribunal fue el mismo con la diferencia que Jiménez Montilla lo presidía. Bussi fue apartado por enfermedad, Zimmerman y Cattaneo murieron en pleno proceso. Pero lo más importante es que Menéndez, los hermanos De Cándido y Albornoz deben cumplir sus condenas en Villa Urquiza. El ex Jefe del Tercer Cuerpo todavía sigue atravesando juicios a lo largo del país, actualmente en Córdoba.
De esta manera, familiares de desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado, luego de más de 30 años de lucha, sin descanso creen en la justicia.
Para el año que viene se esperan que se realicen varios juicios más en Tucumán, uno de los más importantes será la Mega Causa Arsenal, entre otras. En todas Bussi será nuevamente juzgado, como también ocurrió hace poco en Santiago por el Caso Kamenetzky, donde Musa Azar fue condenado a reclusión perpetua en cárcel común. Allí el genocida tucumano (por adopción) también fue apartado. Las esperanzas que termine sus días entre rejas no se pierden.
Lo importante es que, hoy, en Argentina se está haciendo justicia. Los represores tienen todas las garantías legales que les negaron a los más de 30 mil desaparecidos. El Estado tiene un compromiso político y ético con las víctimas del genocidio. No hubo guerra, no hubo dos demonios, teoría inventada por Ernesto Sábato y Magdalena Ruíz Guinazú en el Nunca más. Hubo un exterminio sistemático a grupos de personas que pensaban diferentes, que defendían una idea, una causa. Que buscaron terminar con una represión cuyas consecuencias fueron catastróficas. Que mediante prácticas genocidas impusieron un modelo económico de total dependencia con Estados Unidos.
Hoy, 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, jornada de reflexión para que esto nunca más se repita.
Sebastián Ganzburg
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