El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, reprochó a Alemania su actitud "antieuropea" por su oposición a la creación de euro-obligaciones, una crítica que Berlín recibió mal, diciendo que agrava la situación en los mercados financieros.
"Rechazan nuestra propuesta antes incluso de haberla estudiado. Me sorprende mucho. Esta manera de crear en Europa asuntos tabú y de no ocuparse para nada de las ideas de los demás es una manera muy antieuropea de gestionar los asuntos europeos", dijo el jefe del foro de ministros de Finanzas de la zona euro, integrada por 16 países de la UE, en una entrevista con el semanario alemán Die Zeit, que será publicada el jueves.
"A eso respondo que trabajamos con calma, y que no hay que perder de vista el objetivo del viernes próximo", cuando los jefes de Estado y de gobierno europeos se reunirán en Bruselas, replicó la canciller Angela Merkel.
"Esta manera tranquila (de trabajar) es mi contribución al éxito del viernes", donde previsiblemente se abordará el mecanismo permanente de rescate para los países de la Eurozona, añadió Merkel.
Poco antes, su portavoz Steffen Seibert criticó a Juncker diciendo que "no ayuda a Europa el que sus miembros se califiquen unos a otros de antieuropeos".
"Sabemos que los mercados toman nota de esta manera de señalar con el dedo" a otros, añadió en una rueda de prensa regular, diciendo que las críticas vertidas contra Alemania agravan la incertidumbre y las tensiones en un mercado ya de por sí volátil.
Según los partidarios de las euro-obligaciones, éstas permitirían compartir los riesgos de la deuda pública de los distintos países de la Eurozona, y aliviar la actual presión que pesa sobre los Estados más endeudados.
La idea de crear 'euro-obligaciones', emisiones de deuda conjunta de varios países de la Eurozona, y percibidas como menos arriesgadas, fue relanzada el lunes.
Alemania, que con su robusta economía goza de tasas muy ventajosas para pedir dinero prestado en el mercado, se opone al proyecto, porque haría aumentar sus costes de financiación. Por el momento, Juncker sólo cuenta con el apoyo de unos pocos países, entre ellos Italia y Portugal, cuyos intereses sobre la deuda batieron niveles récord en las últimas semanas.
"Cada país de la zona euro es responsable de su política presupuestaria y financiera, y las obligaciones europeas harían descarrilar ese principio", declaró el lunes un portavoz del ministerio alemán de Finanzas.
La canciller Angela Merkel opinó con anterioridad que si los países que se endeudan demasiado pueden protegerse del encarecimiento de sus emisiones gracias a los eurobonos estarán menos incitados a la hora de tomar las necesarias medidas de disciplina presupuestaria.
En su entrevista con el diario Die Zeit, Juncker defiende los eurobonos diciendo que la idea no es que todos los países europeos se alineen sobre una tasa única para sus emisiones de obligaciones. Al contrario, "pondríamos en común una parte de las deudas nacionales a escala europea, para servirlas con euro-obligaciones. Pero la mayor parte de las deudas nacionales sería sometida a tasas de interés nacionales".
Pero ni siquiera esta distinción reconcilia a Berlín con el proyecto.
"Si se pone en marcha un sistema así, el reparto (entre la proporción de deuda compartida y deuda emitida con tasas nacionales) sería pronto objeto de negociaciones", objetó Seibert, insistiendo en que ésa es una "inquietud fuerte del gobierno alemán".
Andreas Rees, analista del banco Unicredit, dijo que "las euro-obligaciones no son un instrumento adecuado para resolver la crisis actual, sino que reforzarían la tensión en los mercados" y harían inaccesible para países como España y Portugal colocar su deuda soberana.
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