'Gracias' es una expresión que se utiliza muy a menudo y, a veces sólo de pasada.
Éste no es ese tipo de 'Gracias'.
Es otro 'Gracias', uno que desafía a cualquier idioma del planeta.
Pero, ¿cómo dar las gracias a alguien y a sus seres queridos pues por su generosidad estoy vivo hoy y puedo seguir viviendo?
Esto no es simplemente un regalo de un órgano, es un don de la vida. No sé cómo se puede realmente expresar los sentimientos en palabras para agradecerle a alguien por dar vida.
No puedo hacer más, sin embargo, que intentarlo.
Éstas son las palabras escritas por una paciente de trasplante para dar las gracias a los familiares del donante que le dio un hígado.
Su carta es una de las 50 escogidas para un libro publicado por el Colegio Real de Médicos del Reino Unido con el apoyo del Servicio Nacional de Sangre y Trasplantes y el Departamento de Salud.
El profesor Andrew Burroughs, un consultor médico y hepatólogo del Hospital Royal Free en Londres, y Linda Selves, coordinadora de transplante de hígado en el mismo hospital, tuvieron la idea de producir el libro hace tres años.
"Yo quería promover la donación de órganos y reconocer la contribución de los donantes para salvar vidas", le explicó Burroughs a la BBC.
"Pensé que un libro de cartas de los pacientes muy agradecidos sería una forma poderosa de agradecer y recordar públicamente a los donantes y sus familias".
El libro está dedicado a todas las familias que han dicho "sí" a la donación, así como al pariente que murió.
Gratitud de por vida
Diana Sanders, quien ahora tiene 40 años, recibió un transplante de corazón pulmón que le salvó la vida hace ocho años.
Nació con una afección cardíaca congénita que los médicos en el momento no fueron capaces de tratar.
A los 30 años de edad, el corazón de Diana comenzó a fallar y fue incluida en la lista de espera para trasplante.
La carta de Diana a su donante y su familia dice:
Cuando moriste en 2002, mi nueva vida comenzó.
Quiero que tú y tu familia sepan que nunca voy a dejar de pensar en ti, y nunca dejar de estar agradecida por el corazón y los pulmones que me diste.
Cuando me desperté de la operación, lo primero que pensé fue ¿quién fuiste? ¿Cómo moriste?
Sólo me dijeron que eras una mujer de 31 años de edad. Me pareció terrible morir a esa edad y, a veces, me parece injusto que yo haya sobrevivido y tú no.
Espero que no hayas sufrido con la hemorragia cerebral que te mató. Espero que hayas sido feliz y que tu corta vida haya sido buena.
¿Tenías hijos, hermanos y hermanas, tías, tíos? ¿Qué te gustaba? ¿Qué te hacía reír?
Sólo sé que en algún momento de tu vida tomaste la decisión de ser donante de órganos. Tal vez no lo pensaste mucho, simplemente te pareció que era bueno hacerlo.
Al principio, no sentía como míos mi nuevo corazón y los pulmones. Lamentaba la pérdida de mi propio corazón y los pulmones, como si hubieran muerto también.
Alguien me dijo que eran un regalo que me habías dado, y eso me ayudó a aceptarlos. Hoy en día, ya casi ni pienso en eso. Mi cuerpo se siente normal y me he acostumbrado a estar bien y con vida.
Mi nueva vida es increíble. No he corrido una maratón o dado la vuelta al mundo, pero soy capaz de dar largos paseos, algo que para mí es notable.
Ser capaz de hacer las cosas cotidianas, ordinarias es un milagro: compartir una broma con mi marido, ir al cine, cuidar a mi madre a medida que envejece...
Sencillamente, la vida. Mi vida, a cambio de la tuya.
Gracias.
Orgullo
Cathy es la madre de una adolescente, Emma, que murió de forma inesperada. Emma cargaba a una tarjeta de donante pidiendo que sus órganos fueran utilizados después de su muerte.
El hígado de Emma ha ayudado a Simon, un profesor y artista, a llevar una vida sana y feliz durante los últimos nueve años.
Cathy recibe actualizaciones periódicas de Simon y su familia y dice que ha sido un gran consuelo.
"El hecho de que Simon está tan bien hace que mi familia se enorgullezca mucho del deseo de Emma de ser donante", le dijo Cathy a la BBC.
"Se necesita un grado enorme de valentía de parte del beneficiario y su familia para tomar el paso de decir 'gracias'. Pero el efecto que tiene en la familia del donante es inmesurable".