Las medidas potenciales destinadas a evitar la denominada "guerra de monedas" no formarán parte del documento final que hoy firmarán en Seúl los presidentes de los países que integran el Grupo de los 20. A las 16 hora de Corea, las 4 en Argentina, se dará a conocer el documento final de la Cumbre.
"Si ellos (por los países ricos) no consumen y quieren apostar solo en las exportaciones para salir de la crisis el mundo va a la quiebra...todo el mundo quiere ganar más con más exportaciones, y no es posible apostar sólo en eso" alertó Lula.
Los diálogos previos que mantuvieron desde el lunes pasado los
viceministros de Finanzas y el grupo Sherpa, en el que Argentina está
representada por el embajador Alfredo Chiaradía, cerraron sin acuerdo
sobre la disputa del tipo de cambio y sobre la necesidad de evitar los
desequilibrios en las balanzas comerciales, informó hoy Kim Yoon-kyung,
portavoz del comité organizador de la Cumbre del G-20.
En este
contexto, el presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió durante
80 minutos con su contraparte chino, Hu Jintao, en Seúl para discutir el
tema de las divisas.
Ambos países son centrales para sellar los
desacuerdos globales sobre cómo alentar el crecimiento económico y
mejorar las balanzas comerciales entre exportadores como China e
importadores netos como Estados Unidos.
En el encuentro, Obama
pidió a Hu que permita una aceleración de la apreciación cambiario para
achicar el desbalance comercial, dijo el secretario de la Casa Blanca,
Robert Gibbs.
"Nosotros nunca buscaremos debilitar nuestra moneda
como herramienta para ganar ventaja competitiva", dijo el secretario
del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, al responder a las criticas
provenientes desde diversos sectores por la decisión de la Reserva
Federal (Fed) de salir a inundar el mercado con más de 600.000 millones
de dólares durante los próximos ocho meses a través de la compra de
deuda.
En tanto, Hu dijo a Obama que la reforma cambiaria del
yuan -la moneda china- será un proceso "incrementario" y que su
aplicación se realizará a través de una reforma "férrea" que requiere
una economía global "sólida", según reportó su vocero, Ma Zhaoxu al
término del encuentro.
Poco antes de comenzar la cumbre, Hu dijo
que su gobierno quiere mantener la estabilidad de la moneda nacional, el
yuan, al tiempo que está realizando reformas cambiarias.
Para el
mandatario chino, la cumbre debería centrar su atención en la solución
de los desequilibrios entre los países desarrollados y los en vías de
desarrollo.
Estados Unidos y otros países desarrollados acusan a
China de mantener el tipo de cambio artificialmente bajo para abaratar
sus exportaciones, obteniendo así ventajas competitivas artificiales.
En este contexto, el yuan subió hoy a su máximo en 17 años frente al dólar, y acumula una suba de 3 por ciento desde junio.
Obama
se reunió también con el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, y tras
ese encuentro dijo que lo mejor que puede hacer su país por la economía
mundial es crecer.
"Continuamos siendo el mayor mercado del mundo
y un inmenso motor para el crecimiento de todos los demás países",
afirmó, en respuesta a las críticas recibidas por su política económica,
en especial por la compra de bonos anunciada por la Fed.
Aunque
el presidente estadounidense no comentó directamente las medidas
adoptadas por la Fed, subrayó que había dado a su equipo de gobierno
instrucciones para que se centren cada día en cómo hacer crecer su
economía y en cómo incrementar las exportaciones.
Países
exportadores como Alemania se "benefician de nuestros mercados abiertos y
de la compra por nuestra parte de sus bienes", agregó el mandatario,
según cita un cable de la agencia de noticias DPA.
Antes de que
diera comienzo la quinta Cumbre del G-20, Obama señaló que la
declaración final del viernes deberá constituir el punto de partida para
un crecimiento sostenible y duradero.
Por su parte, la canciller
alemana Angela Merkel se resiste a la idea de fijar límites para las
brechas comerciales y dijo en la cumbre que las diferencias de
competitividad entre países no pueden ser niveladas "con límites
políticamente impuestos".
Para la ministra francesa Christine
Lagarde los límites a las diferencias comerciales "es una idea que
merece ser discutida; la idea de Geithener es una de las tantas que
tenemos que tratar, habrá otras ideas y todas deben ser analizadas para
crear un sistema que traiga mayor estabilidad", consideró.
Por su
parte, Dilma Rousseff -la presidenta electa de Brasil que acompañó a
Lula Da Silva a Seúl- advirtió que Estados Unidos está siguiendo una
política de dólar débil que podría hacer que los países adopten formas
de proteccionismo oculto para mitigar sus efectos.
"La política
de dólar débil significa que otras economías están cargando con los
costos del ajuste estadounidense", dijo Rousseff, y agregó: "No es
proteccionismo camuflado, pero ocasiona proteccionismo camuflado".
Según
la futura mandataria, el Grupo de los 20 podría hablar sobre reducir el
papel del dólar como moneda de reserva a favor de una canasta de
monedas.
En este contexto, el economista Joseph Stiglitz dijo que
el plan de la Reserva Federal de Estados Unidos de expandir el estímulo
podría contribuir a burbujas potenciales de activos en países
emergentes con un fuerte crecimiento que no tienen medidas de control de
capital.
"Me preocupan países como India", dijo el premio Nobel y
profesor de economía de la Universidad de Columbia, en una conferencia
en Hong Kong, donde agregó que "las economías fuertes que todavía no
tengan controles de capital se convierten en el punto focal de todo ese
dinero".
Stiglitz dijo que no está "tan preocupado por China",
porque los encargados de la política monetaria del país ya están
intranquilos por el riesgo de burbujas en los precios de las propiedades
y porque podrían utilizar herramientas de política para enfriar el
mercado en la economía principal de más rápido crecimiento del mundo.
Por
su parte, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sostuvo que la
clave para abordar la crisis internacional y evitar la "guerra de
monedas" pasa por la cooperación internacional y que en ese marco los
países desarrollados deben asumir mayores responsabilidades y no
reclamar a las naciones en desarrollo que frenen sus economías.
"La
cooperación internacional con seriedad, responsabilidad y racionalidad
es la clave para abordar los problemas", dijo Cristina al participar de
un seminario sobre finanzas de la Cumbre de Negocios del G-20.
Ante
más de treinta ejecutivos de las principales multinacionales del mundo
con intereses en la Argentina, la presidenta sostuvo que "es importante
tener un correcto diagnóstico de la enfermedad porque si no corremos el
riesgo de darles distintos remedios al enfermo y enfermarlo aun más".
Postuló
también que los pasos a seguir no impliquen "guerras ni autodefensas
que luego terminen impactando negativamente en el funcionamiento de la
economía global".
Lula Da Silva fue a fondo y advirtió que la
economía mundial puede quebrar si Estados Unidos y las potencias
económicas apuestan a incrementar sus exportaciones a través de la
depreciación de sus monedas, al tiempo que afirmó que el dólar debe
dejar de ser la moneda de referencia global.
"Si ellos (por los
países ricos) no consumen y quieren apostar solo en las exportaciones
para salir de la crisis el mundo va a la quiebra...todo el mundo quiere
ganar más con más exportaciones, y no es posible apostar sólo en eso"
declaró Lula.
Lula recomendó que Estados Unidos y Europa destinen
recursos públicos para estimular el consumo de sus mercados internos,
al igual que lo hicieron Argentina, Brasil y otros países en desarrollo.
Por
otra parte cuestionó la devaluación del dólar y opinó que éste "no
puede seguir siendo la moneda de referencia, tiene que haber la
posibilidad de otras referencias".
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