Parecía que íbamos a tener un gran partido, para justificar el marco que daba una Ciudadela repleta. Un primer tiempo, nada más, donde San Martín y Atlético Tucumán jugaron un encuentro intenso y emotivo. En la parte final con el empate “firmado” solo se dedicaron a cuidarse uno del otro. Un empate 1 a 1 que dio tranquilidad a la visita y esperanza al local. Fernández y Chávez los goles. En el balance final un poco más por el lado del ciruja.
Carlos Roldán sorpendió apostando a los “criados” en el club mientras que Enrique Hrabina se jugó por aquellos que el trajo.
Y a ninguno le fue mal. Repartieron y los dos sacaron un "Mono", que a la postre se convirtieron en los goleadores.
El “Negro” puso desde el arranque a Miguel Fernández, Gustavo Ibáñez, Jorge Serrano y Martín Vera todos criados futbolísticamente en la Ciudadela. El técnico se jugó por lo emocional y les tiró una gran responsabilidad a estos cuatro tucumanos que respondieron plenamente. Gustavo Ibáñez jugó un gran primer tiempo complicando a todos los que intentaron marcarlo; Miguel Fernández rotó, se desmarcó, estuvo atento , guapeó en el medio de dos ásperos defensores y consiguió poner el primer gol de la tarde cuando a los 9 minutos de juego recibió un pase de Raúl Saavedra y derrotó a Lucas Ischuk con un toque suave por encima del arquero decano.
La cosa siguió igual. Mejor el Santo, que jugó un gran primer tiempo. Copó el mediocampo, salió con limpieza para los costados y defendió con anticipación. La defensa estuvo muy concentrada para desbaratar los pocos intentos de los Decanos. Pero, pero perdió la marca en una pelota parada, y Cristián Chávez de cabeza, a 3 minutos del final del período inicial empató el partido. Hasta ahí había sido mejor el local, pero no pudo aumentar la ventaja , siendo Lucas Ischuk uno de los culpables. El arquero decano, estuvo sólido y atento en todas las pelotas que llegaron al área.
El segundo tiempo fue muy distinto al primero. Demasiada cautela en ambos equipos, muchos pelotazos y centros y, se jugó mucho lejos de los arcos. El empate parecía que conformaba a los dos.
Fue un clásico más , con un retorno saludable del “Ratón” Ibáñez, el afianzamiento del “Monito” Fernández, el criterio de Cantero y Pereira para marcar y proyectarse, las ganas de Saavedra y Bustos, la búsqueda permanente de claridad por el lado de Casado y el buen trabajo de los defensores y bien Gutiérrez para un San Martín que demostró que no está todo perdido y que puede arrimar más arriba,. Desdibujado trabajo de Vega y Herrera
Por el lado de Atlético Tucumán fue muy bueno lo de Ischuk que simplificó todo en cada intervención suya; Erroz corrió y marcó en todos lados al igual que el despliegue de Gallardo; la defensa con algunos apuros ante jugadores hábiles y livianos, Becerra y Ramos poco y nada al igual que Álvarez y, Chávez, como siempre, peligroso y atento.
La fiesta grande estuvo en las tribunas durante el partido y en las adyacencias de los dos estadios antes del cotejo , que fue dirigido por un regular Héctor Baldassi que sacó adelante los 90 minutos con toda la experiencia que tiene.
En definitiva un justo empate con una imagen de mejoría en San Martín y de solidez en Atlético Tucumán.
Daniel A. Villalba
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