Que aburrimiento, domingo sin fútbol grande será el pensamiento de muchos.. Más allá de la dolorosa causa de la suspensión, no ver por los colores favoritos, comer unos choris y quedar afónico de tanto insultar es difícil de soportar.
Las mujeres de la casa felices o con bronca por la presencia del marido en la casa, esa es la cuestión.
Las que estarán contentas son aquellas que no tendrán que apurarse con la cocina, preparar a los chicos para que se vayan con el papá .Además debe ser lindo ver como disfrutan el postre y no resignarse ante esos barrabravas de la comida que se devoran el helado o la tarta que tanto amor le puso al hacerlo, sin siquiera masticarlo. No habrá gritos de “Mamá donde esta la camiseta de este año, te dije que no la lavaras todavía”; “Pero hijito mío si tenía un olor insoportable y yo no tengo la culpa que todavía no se haya secado bien”; “ Si pero la cábala es que me la ponga sucia, vieja”. Y así charlas y gritos de los hombres de la casa que son tradicionales los domingos.Quizás haya otras que aprovechan el domingo para ponerse al día con los chismes sanos de amigas, o desancasr solas sin el ruido de los molestos hombres de la casa.
En este no sucederá eso y la familia podrá reunirse más distendida y sin apuros en torno de la mesa para disfrutar de unas buenas pastas o un exquisito asado (si le alcanza la guita).
Domingo sin fútbol no es lo mismo dirán muchos. Ver por la tele los partidos de Europa no motiva mucho.
Lo que si va estar relindo ( lo garantizo) es una buena y larga siestita con la a tradicional cucharita., una peliculita ( si se aguanta los mimos de la esposa), mates con facturas al levantarse y la satisfacción de la patrona después de haber escuchado como ese gordito gritaba el golcito como un macho cabrío cuando se terminaba el partido mano a mano con la gordita amada.
Hay muchas cosas para hacer y disfrutar. Haga volar su imaginación y tendrá un domingo inolvidable. O acaso no es más lindo todo lo que puede realizar en casa que sufrir en la tribuna.
Saboree la comida casera, paladee el vinito, alabe el postre y trate de hacer un gol como sea. Me lo agradecerá.
Daniel A. Villalba
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