17/10/2010 - Distribuía folletos contra Dilma

Obispo brasileño acusado de campaña contra Rousseff

La Policía Federal brasileña confiscó 1 millón de folletos supuestamente encargados por un obispo católico y firmados por la conferencia episcopal brasileña que reclama no votar a la candidata presidencial Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), a la que acusa de intentar legalizar el aborto.

La policía confiscó las papeletas destinadas a distribuirlas en misas en una empresa gráfica de la ciudad de Sao Paulo, propiedad de una familia vinculada al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del candidato opositor José Serra, según informó la prensa local.

El operativo fue determinado por el Tribunal Superior Electoral (TSE) por considerar que se trata de un "delito electoral".

Los panfletos están firmados por la Conferencia Nacional de Obispos De Brasil Regional Sur I (Sao Paulo) y fueron distribuidos en varias misas durante la campaña.

El dueño de la imprenta, Alexandre Okawa, reveló que quien realizó el pedido fue el obispo de Guarulhos (Gran Sao Paulo), Luiz Gonzaga Bergonzini, quien habría ofrecido pagar por la encomienda de 2 millones de panfletos unos 20 mil dólares.

Desde julio pasado Bergonzini sostiene que la Iglesia Católica debe oponerse a Rousseff por considerarla favorable a la legalización del aborto, lo que la candidata rechazó, aunque en 2007 en una entrevista dijo estar a favor de despenalizar la práctica.

Okawa, según los portales de noticias, sostuvo que el obispo quería imprimir 20 millones de panfletos para respaldar la candidatura del opositor José Serra al balotaje del 31 de octubre, pero la empresa no tenía capacidad para ello.

En un comunicado, la Regional Sur I de la CNBB negó haber hecho el pedido atribuido al obispo de Guarulhos.

La CNBB a nivel nacional rechazó apuntalar u objetar alguna candidatura, pero liberó a sus obispos y sacerdotes a hablar de política con sus fieles.

Serra protagonizó un escándalo en Ceará, donde asistió a una misa en la basílica de la ciudad de Canindé, cuando el sacerdote denunció que la iglesia había sido usada para distribuir material contra Rousseff.

El senador Tasso Jereisatti, que acompañaba a Serra, llamó a los gritos al cura de "petista" y el sacerdote debió salir escoltado por agentes de seguridad.