La educación del paciente diabético sobre el tratamiento de esa enfermedad, que se manifiesta con niveles altos de glucosa en la sangre, es la clave para evitar accidentes cerebrovasculares (ACV) y cardiopatías, reveló un informe preliminar del XVII Congreso Argentino de Diabetes.
La Sociedad Argentina de Diabetes (SAD) difundió un estudio con motivo del congreso médico que deliberará del 21 al 23 próximos en Mar del Plata, en el que destacó que la educación del paciente permite una construcción progresiva de conductas, que ayudan a su independencia y a manejar mucho mejor la enfermedad.
El diabetólogo Gustavo Frechtel, presidente de la SAD, insistió en que "como la diabetes es una enfermedad crónica, es importante que el paciente se involucre de lleno en su control glucémico".
En ese sentido, Frechtel precisó que "el descenso de peso, el control de la presión arterial, la realización de una actividad física y el llevar adelante una dieta saludable es fundamental, para evitar complicaciones en el tratamiento de la diabetes".
También destacó que "tanto para la diabetes tipo 1 -insulinodependiente- como para la tipo 2, el tener un estilo de vida saludable y el conocer los alcances y manejo de la enfermedad, reduce en más de un 50% la posibilidad de sufrir un infarto o un ACV".
"A los pacientes adultos les cuesta involucrarse en el tratamiento porque significa un cambio de hábito de vida -explicó-, pero en realidad toda la población debería hacer actividad física y una dieta sana baja en grasas que evite cuadros de obesidad".
Frechtel opinó que "además de la educación del paciente sobre la diabetes, también es importante el acompañamiento de su entorno, porque existe una mayor probabilidad de tener un mal control metabólico con una familia o núcleo familiar disfuncional".
Por eso, reiteró que "la educación debe ser administrada por profesionales del equipo de salud que posean conocimientos pertinentes de las necesidades y limitaciones de cada paciente".
La diabetes es una epidemia mundial y según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2000 existían 120 millones de diabéticos en el planeta y se estima que en 2030, esa cifra trepará a 366 millones de personas.
La hiperglucemia crónica -glucemias mayores a 100 y 140 miligramos por sangre por falta de control y tratamiento adecuado- determinan el terreno para desarrollar complicaciones de salud.
Los datos de la OMS reiteraron que ocho de cada diez diabéticos mueren a causa de eventos cardiovasculares, ya que tienen de dos a cuatro veces incrementada la mortalidad por infarto de miocardio y ACV.
Pero la diabetes, junto a otros factores de riesgo como la obesidad, hipertensión arterial y alteraciones lipídicas potencian el proceso de aterosclerosis, que es responsable de las enfermedades cardiovasculares y del daño macrovascular.
Existen distintas técnicas de diagnóstico no invasivas, entre las que se destacan la ergometría, la perfusión con radionucleidos, el ecocardiograma, la tomografía con cortes múltiples y la resonancia nuclear magnética, que permiten diagnosticar enfermedades coronarias en los diabéticos.
Los especialistas destacan que la prevención a través de un diagnóstico precoz de la diabetes y otros factores de riesgo, es lo que permite un tratamiento adecuado sin complicaciones que puedan poner en peligro la vida del diabético.(Télam)
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