AMPLIARLa realidad de los trans no deja de ser difícil.
03/10/2010 - Identidad de género
Cuando el sexo no coincide con los genitales
"A los 4 ó 5 años hay un temor evidente de que hay algo que no está funcionando de la forma en que funciona para otras personas", explicó Tamara Adrián, copresidenta para América Latina de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas.
La mayoría de los transexuales definen la adolescencia como un período clave en la construcción de su identidad
"Todas las personas lo saben a los 3 ó 4 años. Es más una intuición,
de falta de comodidad con lo que ocurre a tu alrededor, que algo claro
en la cabeza".
En conversación con BBC Mundo, Tamara Adrián,
copresidenta para América Latina de la Asociación Internacional de Gays y
Lesbianas, explica que "a los 4 ó 5 años hay un temor evidente de que
hay algo que no está funcionando de la forma en que funciona para otras
personas".
"A partir de ahí es como armar un rompecabezas, yo trataba de encontrar una explicación pero no la tenía", agrega.
El sentimiento de disonancia con el género biólogico puede comenzar a la edad de 2 años.
La mayoría de los transexuales definen la
adolescencia como un período clave en la construcción de su identidad,
cuando las sospechas se confirman y no pueden dejar de afrontar que el
sexo biológico con el que nacieron no se corresponde con el que sienten.
Aunque muchos de ellos identificaron el problema mucho antes, a la temprana edad de 3 años.
"Cuando eres un niño te comportas tal y cómo te
sientes, pero en la adolescencia cuando empiezas a madurar y
relacionarte con más personas de tu edad y a rechazar los cambios que se
producen en tu cuerpo, comienza el conflicto, la frustración, la
tristeza y otra serie de problemas", le explica a BBC Mundo Cristina
Gimeno, secretaria de la organización Transexualia en España.
Además, es durante la adolescencia que el cuerpo
se transforma más visiblemente, se arma para dar forma a los
instrumentos que van a definirnos antes que ninguna otra cosa: nuestro
género. Y es el punto de partida que marca el inicio de una espiral de
marginalización.
Autoexclusión escolar
EL COMPLEJO ESPECTRO DE LA REALIDAD " TRANS"
Travesti. Sólo
necesitan trasvertirse y utilizar las ropas, el maquillaje o la
indumentaria del otro sexo pero no se someterían a una operación de
reasignación de sexo. A veces se someten a terapias hormonales. Puede
ser un estadio inicial de cualquiera de las otras dos condiciones.
Transgénero. Un
estadio entre medio de los dos anteriores, se encuentran a gusto con sus
genitales pero se comportan de una forma asignada socialmente al sexo
contrario. En la mayoría de los casos requieren terapias hormonales o de
cirugía estética.
Transexual. Persona
que no se siente de acuerdo al sexo biológico con el que nació. Se
busca normalmente una intervención quirúrgica de reasignación de género.
"Muchas de las chicas no terminan sus estudios,
la prevalencia de la prostitución en los travestis, a los 14 ó 15 años
están trabajando y no quieren ir al colegio, porque también ya están
afeminados sus cuerpos, ya tienen siliconas, prótesis, y en el colegio
no les aceptan porque son escandalosas y dicen que los chicos se van
alborotar", afirma Gaby Mariño, de la Asociación Ángel Azul de Perú.
Sus declaraciones aparecen en Translatina, un
documental que recoge entrevistas a personas de 15 nacionalidades sobre
la realidad de la comunidad "trans" (transexual, travesti, transgénero)
en América Latina, auspiciado por la Organización Panamericana de Salud
(OPS), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y
ONUSIDA.
El rechazo en la escuela, y con él, la
autoexclusión escolar condena a trabajos poco cualificados, la
prostitución, la marginalización, la exclusión, la calle... La historia
es conocida.
"Las personas trans en el momento de transición
que se inicia en la adolescencia son extremadamente vulnerables, porque
también son detectables", afirma Tamara Adrián.
"Una de las consecuencias inmediatas es la
carencia de estructuras de apoyo de grupos sociales de referencia y de
abandono total, porque los jóvenes no tienen dónde ir, los padres los
echan, las escuelas los rechazan y se enfrentan a una situación de calle
donde la supervivencia depende del sexo. Es una población con niveles
educativos bajos porque el sistema social les ha bloqueado las
oportunidades", afirma Rafael Mazin, de la OPS, a BBC Mundo.
Automedicación
Es en la adolescencia también cuando comienzan a
automedicarse. Un altísimo porcentaje de la población transexual, casi
su totalidad, se autoinyecta hormonas, siliconas u otros implantes sin
ningún tipo de supervisión médica.
Las personas trans en el momento de
transición que se inicia en la adolescencia son extremadamente
vulnerables, porque también son detectables
Tamara Adrián, copresidenta para América Latina de la International Lesbian and Gay Law Association.
El peaje de este proceso de construcción
corporal en términos de salud es tan alto que, a algunos de ellos, les
costará la vida unos años más tarde.
"En Argentina, el centro de salud de la
provincia de Rosario opera en el sistema público una cirugía de
reparación de las terribles consecuencias de hacerse tratamientos sin
supervisión médica, porque esa silicona inyectada directamente en el
músculo puede infiltrarse al torrente sanguíneo y tiene graves
consecuencias para la salud, incluso la muerte", le relata a BBC Mundo
Esteban Paulón, secretario general de la Federación de Gays, Lesbianas,
Bisexuales y Trans de Argentina.
Los avances en los derechos de la comunidad gay no resuelven los problemas de los "trans".
A todo ello se le suma el desamparo de una sociedad que no presta la suficiente atención a su problema.
Se ignora tanto a este colectivo que ni siquiera
existen cifras verificables de ninguno de los problemas a los que está
expuesto: ni de la incidencia de enfermedades como el SIDA, ni de la
mortalidad por la automedicación, ni mucho menos, las muertes que se
producen por agresiones transfóbicas.
"En el caso de la familia es extraordinariamente
complejo encontrar aceptación, sobre todo de chicos que tienden a
gravitar hacia la identidad femenina, porque el caso contrario tiene
menor desaprobación social", afirma Mazin.
Falta de tejido social
¿Cuáles son los mecanismos que existen en
América Latina para apoyar a las personas que empiezan a sentir esa
disonancia? ¿A dónde pueden acudir?
Nuestro cuerpo, nuestras sexualidades no las define un pene o una vagina
Estebán Paulón, Federación de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Trans de Argentina.
De momento no hay muchos. Las opciones son tan
distintas como las distintas realidades culturales y sociales que se
encuentran en América Latina.
Aunque se han producido avances en la
legislación a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo en
países como Argentina, Uruguay o México y, del otro lado del Atlántico,
Portugal y España, muchos señalan enseguida que la realidad de los
homosexuales y sus problemas sociales son muy distintos de la comunidad
"trans".
Y también son mucho más fáciles de entender para
la mayoría de la población, ya que dentro de la comunidad "trans" se
abarca un amplio abanico de opciones sexuales extremadamente compleja.
No hay una fórmula que valga para todos, ni
todos sienten de la misma manera. Hay quien se siente mujer en un cuerpo
de hombre u hombre en un cuerpo de mujer, hay quienes no.
Humillación cotidiana
La realidad de los trans no deja de ser difícil.
"Nuestro cuerpo, nuestras sexualidades no las define un pene o una vagina", asevera Paulón.
Hay países, como Uruguay, donde una reciente
legislación permite a las personas que expresen un género diferente al
cual consta en su documentación, acceder al reconocimiento de su
identidad de género, obteniendo un cambio de nombre en la cédula
personal y resto de papeles oficiales de acuerdo con el sexo sentido y
expresado.
En la vecina Argentina, a pesar de que se hayan
legalizado las parejas de matrimonios homosexuales, el avance de las
leyes de identidad de género no ha corrido en paralelo. Hoy por hoy
sólo se puede operar para realizar la resignación sexual alguien que
haya recibido una sentencia judicial previa muestra de sólidos
documentos que prueben el deseo de la personas para conseguirlo.
Y en la mayoría de los países de América Latina
las personas "trans" tienen que someterse a la humillación cotidiana de
que el nombre en su cédula personal no coincida con el que usan, y a
sufrir el escarnio público en consultas de médicos, aduanas y otros
lugares públicos.
"En general la región transita hacia un nivel de
reconocimiento de protección de la identidad de las personas
transexuales, pero donde no se ha hecho demasiado todavía es en el
ámbito de la discriminación", concluye Adrián.