Dos caras de una misma moneda: mientras Mauricio Macri, mediante la desinversión educativa en Capital Federal, empuja a jóvenes con poder adquisitivo a los colegios privados, Julio Cobos promueve una ley para educar a los jóvenes carenciados en los cuarteles.
En ningún lugar del mundo las Fuerzas Armadas tienen a su cargo la tarea de educar a las nuevas generaciones.
A mediados de la semana que culmina, el Senado de la Nación dio media sanción a un proyecto de Ley del vicepresidente Julio Cobos por el cual se pretende, mediante un incentivo monetario no inferior al monto de tres asignaciones familiares por hijo, que los jóvenes en situación de riesgo opten por ser contenidos y educados en instituciones militares.
Si bien el proyecto no especifica a quiénes se considera “jóvenes en situación riesgo”, no caben dudas que alude a los cientos de miles de jóvenes y adolescentes desocupados e hijos de familias carenciadas.
Para el autor del proyecto y para los senadores Liliana Negre de Alonso y Ernesto Sanz, que lo defendieron con vehemencia, dichos jóvenes son potenciales delincuentes por su situación socio económica. Está claro ese convencimiento en Cobos, quien, al darle estado parlamentario, lo envió a las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de Seguridad Interior y Narcotráfico, omitiendo a la comisión de Educación.
Es lamentable que dicho proyecto, en lugar de promover políticas sociales que contengan a los jóvenes –como la asignación universal, que logró incrementar con su implementación en un 25 % la población escolar- en su artículo 12 promueve la migración juvenil desde las escuelas a los cuarteles ofreciendo becas de quinientos cuarenta pesos mensuales.
Para Cobos, radicales y peronistas disidentes que votaron el proyecto, los jóvenes argentinos de entre 14 y 24 años que cometan el delito de ser pobres, deben abandonar la educación formal y el trabajo informal –generalmente mal pago y en condiciones lindantes con la esclavitud- para ser “contenidos” y “encausados”, mediante la rígida disciplina de los cuarteles.
La Ministra de Defensa de la Nación, doctora Nilda Garré, quien calificó al proyecto como "improvisado y absolutamente disparatado", asegura que las fuerzas armadas no están capacitadas para hacerse cargo de la educación de nuestros jóvenes, ni es la función para la que fueron creadas. También expresó su convencimiento de que la ley, en caso de ser sancionada, sería vetada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Esperemos que dicho veto no sea necesario. La concepción autoritaria y el tono represivo que tiñe la iniciativa cobista serán, seguramente, advertidos por nuestros diputados nacionales.. Seamos optimistas y tengamos fe en que en ellos primará la cordura, la sensibilidad social y el sentido común y no darán sanción definitiva a tan lamentable proyecto..
Maximiliano Burckwardt
maxbur@arnet.com.ar
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