En la homilía, con la cual finalizaron los festejos por el Día de la Virgen de la Merced, el arzobispo de Tucumán, monseñor Héctor Luis Villalba pidió por la liberación de “los nuevos cautiverios a los que está sometida nuestra sociedad: el de las adicciones que esclavizan”. Haciendo referencia a la droga y e juego
“La Virgen de la Merced es nuestra defensora y nuestra protectora”, expresó el arzobispo de Tucumán, monseñor Héctor Luis Villalba, en la homilía con la cual finalizaron los festejos por el Día de la Virgen de la Merced. Quien, “tiene, también hoy, la tarea de liberar de los nuevos cautiverios a cuantos se encuentran sometidos en nuestra sociedad: de las adicciones que esclavizan”, indicó haciendo referencia al juego y las dorgas.
“Quiero expresar mi preocupación y dolor por la proliferación de las casas de juego. En el documento del Episcopado titulado Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad 2010-2016 los obispos hemos señalado con preocupación que 'se ha multiplicado el todo el país la oferta del juego de azar'”, relató.
En este sentido manifestó que “el jugador apasionado arriesga y muchas veces pierde incluso aquello que pertenece a su familia. Quiero advertir sobre la gravedad de la instalación de estas casas de juego, por lo que en sí mismas significan”. Y agregó que “debemos esforzarnos en promover la educación, una cultura del trabajo, el deporte y la recreación honesta y no lo que atenta contra el hombre en lo personal, familiar y social”.
A su vez aseveró que “el otro flagelo es la adicción a las drogas. La droga arraiga en los jóvenes y avanza sobre la fragilidad de los niños. En noviembre de 2007 los obispos argentinos manifestamos nuestra preocupación por el creciente consumo de droga en el Documento que llamamos La droga sinónimo de muerte”.
En este sentido mencionó que “hace pocos días fueron a verme madres destrozadas que tienen hijos esclavos de la droga. Un problema de toda la sociedad, pero las autoridades son las primeras responsables en responder a este desafío. Para ello debe concientizar a la sociedad y luchar contra el tráfico de drogas. Son deberes ineludibles”.
Por eso a su entender, “el desafío es grande. Tenemos que reconocer que la droga está instalada entre nosotros. No podemos permanecer indiferentes. Entre todos debemos generar una red social que propicie la cultura de la vida: que comprenda a padres, docentes, funcionarios, medios de comunicación, instituciones religiosas y a todos los ámbitos sociales. La situación es grave y requiere una acción mancomunada de toda la sociedad, que pueda transformarse en política de estado”.
Sebastián Ganzburg
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff