Otro fin de semana y los equipos tucumanos que participan en la B Nacional no cumplieron con las expectativas de sus fervientes seguidores. De seis puntos en juego consiguieron apenas uno. Los jugadores no rinden o los técnicos no logran el funcionamiento adecuado.
Enrique Hrabina y Carlos Roldán parecen desorientados a la hora de evaluar públicamente los resultados que consiguen.
Es la sensación que me queda después de escuchar sus declaraciones. Yo tengo la culpa dice uno. Merecíamos más dice el otro.
Asumir responsabilidades habla bien de quien las hace, pero todo queda en una simple declaración porque desde hace algunos partidos se escucha lo mismo en boca de Quique. “El triunfo es de los jugadores las derrotas mías”. Y el equipo sigue rindiendo igual o menos. Me suena a falsa modestia. Pienso que tantos las derrotas como los triunfos son en mayor medida por culpa de quiénes juegan. Y al decano se lo ve con poca aptitud para remontar partidos. No hablemos de las situaciones favorables para marcar ni de la suerte de los rivales para embocarla. En este mediocre y competitivo campeonato buscando ascender a primera los resultados son de los más ilógicos. Pero la paciencia de dirigentes e hinchas se está agotando y el quiebre del contrato se puede dar pronto si no se revierten los malos resultados .Y eso sería caer otra vez en la mediocridad dirigencial. Hay que esperar y aguantar, pero hay que poner más convicción a la hora de los cambios y no meter todo en busca de algún acierto cuando el tiempo se agota y las piernas ya pesan el doble. Si los que llegaron no rinden lo esperado , modificar rápido o antes de los partidos.
Por el lado de Carlos Roldán el conseguir un punto de local ante un rival sin demasiadas ambiciones, por lo menos en su visita a la provincia, no es para tirar cohetes y aplaudir. Más bien es otro llamado de atención, ya van varios, a quiénes tienen a su cargo el funcionamiento del equipo de San Martín.
Los desaciertos del árbitro del domingo fueron un buen pretexto para pasar el trago amargo del empate. No hubo funcionamiento adecuado para quedarse con el triunfo ante un fácil rival, por lo menos eso es lo que se vió en el primer tiempo.
No se hacen goles, entonces hay que hacer los cambios antes no cuando quede poco tiempo para la finalización. El arquero no da seguridad, hay que probar con otro., los delanteros no la meten y busquemos en los entrenamientos de la semana.
Recién van siete fechas , ambos técnicos están a tiempo para realizar cambios drásticos en las tácticas o en el equipo titular. De que sirve tener semejante planteles si siempre están los mismos. Prueben con otros, para eso ustedes Roldán y Hrabina aprobaron sus contrataciones.
El Tucumán futbolero espera que estos experimentados y buenos técnicos reaccionen y vuelvan a ser los líderes de los planteles que dirigen. Un líder debe tener más compromisos con la empresa que con los empleados. Si estos no funcionan bien se los cambia y se los manda hacer otra tarea .
Es cierto las presiones son muchas, pero ese es el trabajo que ustedes eligieron.
Daniel A. Villalba
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