Una vez más, los amantes de cerveza de todo el mundo ponen sus ojos sobre Munich, donde el célebre e histórico Oktoberfest cumple 200 años de tradición.
En la Argentina la extendida colonia alemana aguardará el inicio de la festividad.
A partir del 18 de setiembre y hasta el 4 de octubre, ríos de cerveza volverán a correr en el Theresienwiese o Campo de Teresa de la capital bávara, en lo que será el bicentenario de esta celebración.
Este año se espera la llegada de al menos seis millones de visitantes, según datos de la Oficina de Turismo de Múnich. De acuerdo con esa fuente, durante la edición del 2009, 6,2 millones de visitantes consumieron más de 6.940.600 litros de cerveza y 79.624 litros de vino.
Evidentemente, esas cifras se traducen en un sustancioso beneficio económico para la ciudad. Para el 2010 se espera que los visitantes gasten aproximadamente € 830 millones durante los 16 días, es decir, más de €51 millones al día. De ese gran total, € 324 millones corresponderían propiamente al campo ferial entre ventas de bebidas, comidas y entretenimiento; € 205 millones por concepto de compras y transporte en la ciudad y alrededores; así como € 301 millones en hoteles. Todo ello significa trabajo para 12.000 personas.
Bildunterschrift: La Oktoberfest convoca a millones de visitantes.
Historia
El origen del Oktoberfest se remonta al 12 de octubre de 1810, cuando el rey Ludwig I, siendo aún príncipe, se casó con Teresa de Sajonia-Altenburgo. En esa oportunidad decidieron celebrar con una gran fiesta abierta al pueblo, en los campos frente a la puerta de la ciudad que desde entonces llevan el nombre de la princesa.
Al final de la fiesta se realizó una carrera de caballos y la iniciativa de repetir anualmente esa competición dio paso al surgimiento de lo que se conoce como Oktoberfest. En 1811 la festividad se acompañó de una muestra de agricultura. Las carreras de caballos son cosa del pasado, pero la exposición agrícola se realiza cada tres años.
Actualmente en el contexto del festival se realizan varios eventos, como la Gran Entrada de las Cervecerías, un desfile de carruajes tradicionales tirados por caballos, que antecede a la inauguración oficial.
Otra actividad tradicional es el Desfile de Trajes Tradicionales y Fusileros, en el que se representan tradiciones no sólo bávaras sino de los pueblos vecinos.
Además de cerveza, las tiendas que se levantan en el Theresienwiese también ofrecen especialidades gastronómicas como las célebres salchichas.
Fuente: Deustsche Welle
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