El arquitecto Daniel Rizzo Patrón, que permaneció más de cuatro años detenido en la última dictadura militar, señaló ayer que los represores "tenían un pacto de sangre" y sometían a los presos a tormentos y torturas en la Dirección de Informaciones Policiales (DIP) que dirigía el ex comisario Musa Azar. Fue en la tercera audiencia del juicio en Santiago del Estero
"Entre los represores tenían un pacto de sangre, porque cada uno de ellos tenía una muerte", dijo Rizzo Patrón, detenido al igual que su mujer, que abortó un hijo como consecuencia de las torturas y golpes recibidos en cautiverio.
En un desgarrador testimonio, el ex preso denunció que durante su detención, un grupo de represores lo amenazó con una ametralladora y le robó dinero en efectivo "equivalente a un auto 0km.", que había cobrado momentos antes por la construcción de viviendas.
"Durante cuatro días y medio, estuve esposado y sentado a una silla de madera, sin comida y agua; después fuí sometido a golpes y recién a los 45 días presté declaración ante el juez (Arturo) Liendo Roca"; dijo con voz entrecortada.
Ante una onsulta del abogado defensor del represor Miguel Garbi, sindicado como el que dirigía las detenciones durante el golpe militar, Rizzo Patrón respondió: "la única orden de allanamiento que me hicieron ver fue una ametralladora y me ordenaron que me quede quieto, sino te hacemos c.... a tiro".
En otro tramo de la tercera audiencia que se realizó hoy en el Juzgado Federal de Santiago del Estero, ofrecieron su testimonio Elena Burgarelli y Adela Kamenetzky, madre y hermana de Cecilio, el joven estudiante de 18 años que fue asesinado a balazos durante un cuestionado intento de fuga de la denominada SIDE santiagueña.
"Garbi y otros hombres de civil vinieron a casa, preguntaron por Cecilio y se lo llevaron en un Peugeot amarillo; a la tarde volvieron y revolvieron toda la casa, se llevaron grabadores, máquina de escribir, libros y otras cosas que nunca pudimos recuperar", coincidieron los familiares del joven que cursaba el primer año de abogacía de la Universidad Católica de Santiago del Estero.
Las mujeres recordaron que los restos de Kamenetzky "fueron entregado a cajón cerrado y el velatorio se realizó sin cuerpo presente".
"La última vez que ví a mi hermano con vida, fue cuando lo sacaban de declarar ante el juez Liendo Roca y ni siquiera me permitieron hablar con él", dijo la hermana de la víctima, que denunció actualmente amenazas e interferencias telefónicas, por lo que se reclamó medidas para protección de la testigo.
En la misma audiencia, también prestaron declaración testimonial los ex presos durante la última dictaduira militar, Luis Garay, Carlos López y un amigo de la víctima, Abelardo Basbús, actual vocal de la Cámara Penal de Apelaciones de la justicia santiagueña, quien definió a Kamenetzky como "un amante a la
filosofía y un intelectual extraordinario".
De acuerdo a la instrucción judicial, el estudiante universitario fue detenido el 9 de agosto de 1976 y asesinado a balazos en noviembre de ese mismo año tras ser sometido a tormentos y torturas en el Departamento Informaciones Policiales (DIP). (Télam)
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