Además de producir toxinas para defenderse de herbívoros, un estudio revela que algunas plantas pueden emitir una señal química que atrae insectos predadores para protegerse de plagas.
Agencia CyTA-Instituto Leloir
Las plantas no pueden “ver” a los insectos que las atacan, pero en algunos casos tienen una serie de mecanismos para detectar sus sustancias digestivas y reaccionar en forma defensiva a través de distintas estrategias. Un estudio, publicado en la revista Science, describe una sofisticada táctica de las plantas de tabaco, de la especie Nicotiana attenuata, que emiten una señal de defensa al ser mordisquedas por orugas.
Los doctores Silke Allmann, del Instituto de Ciencias de la Vida de Amsterdam Holanda, y Ian Baldwin del Instituto Max Planck (Alemania) descubrieron que la saliva de las orugas provoca un cambio químico en sustancias vegetales que originan compuestos volátiles. Esta modificación química se convierte en una señal que atrae a un género de insectos carnívoros que se alimentan de orugas. De este modo ese tipo de insectos salva a las plantas del ataque de las orugas.
Si bien los científicos observaron ese fenómeno de defensa de la planta, aún precisan seguir investigando para conocer con exactitud el modo en que las moléculas de la saliva de las orugas provocan el cambio químico en los compuestos de las plantas que terminan atrayendo a los insectos predadores.
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