Bolivia movilizó el jueves a un batallón de Ejército y al efectivo de su Oficina de Defensa Civil para sofocar cientos de focos ígneos que calcinan miles de hectáreas y que amenazan reservas ecológicas y, lo peor, poblaciones de su Amazonia, lo que llevó al presidente Evo Morales a denunciar la indefensión del país en esta materia y proponerse a comprar hidronaves, a cualquier costa.
"Aunque protesten ahora vamos a equiparnos", advirtió el mandatario que se dijo fatigado por la práctica recurrente del país andino amazónico de prestarse naves de Brasil, Chile y Argentina para combatir tales eventos todos los años.
En momentos en que se acerca la época de siembra y que
la tradición dicta a los labriegos de todas las regiones bolivianas, la
costumbre de prender fuego a los barbechos para convertirlos en tierras
de labranza, Bolivia no tenía condiciones para sofocar el fuego que
arrasa enormes áreas de bosque en los amazónicos departamentos Pando
(norte) y Beni (nordeste).
Aunque, el fuego se ha expandido también en la subandina Cochabamba,
donde un desconocido encendió una fogata que en el absoluto descontrol
por los vientos incesantes que soplan estos días se extendió sin
solución de continuidad por la colina del Tunari.
Recién tres días después los brigadistas lograron controlar las
llamaradas, pero artesanalmente, con paladas de tierra y recipientes de
agua, a las carreras.
El fuego también se ensañó, con menos rigor, con las arboledas de la
famosa Cuesta de Sama, que se enciende invariablemente todos los meses
de agosto o setiembre cerca de la sureña ciudad de Tarija.
En el andino departamento de La Paz (oeste) el fuego devoró
pastizales y bosques, en las estribaciones cordilleranas del norte del
departamento.
La situación adquirió contornos de catástrofe en Pando, Beni y
también en el oriental departamento de Santa Cruz donde las lenguas de
fuego se agigantaban y avanzan amenazantes sobre núcleos urbanos.
La población de Puerto Rico, un poblado a 200 km de Cobija, capital
departamental de Pando, tenía en las narices el fuego controlado a
duras penas por los soldados del Ejército boliviano que multiplican sus
esfuerzos para entrarle a los focos de calor con las mismas matas que
cortan en el monte.
Los carros cisterna desplazados por la Gobernación local agotan en
minutos sus contenidos y sin poder resolver el problema se devuelven
para llenar otra vez los cubos en una tarea de nunca acabar.
Los bomberos y brigadistas reproducen en tal circunsncia el mito griego de Sísifo.
Las gobernaciones de Santa cruz, Pando y Beni declararon estado de
emergencia en sus respectivas jurisdicciones territoriales en un intento
por obtener fondos extraordinarios para combatir la situación de
desastre.
La fauna y flora de las regiones devastadas por los focos ígneos
eran las más afectadas, en momentos en que la oficina de Meteorología no
encontraba una sola nube ni sospechaba de un viento alisio en el
horizonte.
Lo que se lograba visibilizar en los monitores satelitales eran
manchas de color rojo que significan los focos de fuego en varios puntos
de Bolivia.
Los incendios han provocado nubes de humo y ceniza que obstaculizan
la visibilidad en la mayor parte de las ciudades bolivianas.
De hecho, aeropuertos de cuatro ciudades ingresaron en trance de inoperabilidad.
Un par de decenas de vuelos fueron cancelados por el nivel de visibilidad insuficiente.
El director general de Gestión y Desarrollo Forestal, Weimar
Becerra, aseguró el jueves que el incendio forestal más peligroso está
en el departamento amazónico de Pando y ratificó su pedido de ayuda
internacional para extinguir el fuego, que amenaza con devastar esa
región.
"Como incendio forestal, el más grave es el reportado en el
departamento de Pando, en el municipio de Puerto Rico, en la reserva
Manuripi, porque los incendios de bosques amazónicos son terribles",
informó a los periodistas.
Señaló que el fuego en esa región se mantiene por más de 7 días, amenazando esa reserva nacional.
Recordó que ese parque nacional tiene una biodiversidad ambiental
"enorme", en donde el fuego está arrasando todo, muy cerca del "desastre
ambiental".
"El fuego está arrasando la reserva de Manuripi y las cenizas que
llegan al rio están contaminando las aguas y ocasionando la muerte de
los peces", reflexionó.
A su juicio, los incendios forestales se incrementan en el país
porque Bolivia no tiene las condiciones para luchar contra ese flagelo,
que sólo pueden ser controlados y combatidos con camiones cisternas.
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