La ola de calor sin precedentes que asuela a Rusia disminuye la producción de granos, lo que puede aumentar el precio de los alimentos, pronosticó el especialista Lester Brown.
Por Stephen Leahy, para IPS.
Una turbina de viento en el septentrional estado de Iowa puede producir
electricidad limpia. Pero el gobierno de Estados Unidos destina miles de
millones de dólares a subsidiar la producción de etanol, con mínimas
consecuencias sobre el recalentamiento global, indicó Brown, fundador del
Instituto de la Tierra, con sede en Washington.
"Lo más inteligente que
puede hacer Estados Unidos es eliminar de a poco los subsidios al etanol",
señaló Brown, refiriéndose al alza del precio de algunos alimentos por la ola de
calor sin precedentes que asola el oeste de Rusia, que diezmó cultivos y elevó
la cantidad de muertos por día.
"Solemos tener entre 360 y 380
fallecimientos al día en esta época. Ahora hay 700. La mortalidad se duplicó",
declaró a la agencia rusa Ria-Novosti el jefe del departamento de salud de la
alcaldía de Moscú, Andreï Seltsovski.
"La lección que tenemos que
aprender es que hay que tomarse más en serio el cambio climático, realizar una
rápida reducción de las emisiones de gases invernadero, antes de que la
situación se salga de control", dijo Brown a IPS.
La temperatura
promedio en Moscú en julio estuvo ocho grados por encina de la normal, apuntó.
"Ese tipo de aumento durante todo un mes es algo inaudito", añadió.
Hubo
37 grados en Moscú el lunes. La temperatura normal promedio de agosto es de 21.
Hubo 28 días seguidos de temperaturas superiores a los 30 grados.
La
humedad de la tierra cayó a niveles que sólo se observan una vez cada 500 años,
indicó Brown. Se prevé que la producción de trigo y de otros granos disminuya 40
por ciento, o más, en Rusia, Kazajstán y Ucrania.
La región produce 25
por ciento de las exportaciones mundiales de trigo.
El primer ministro
ruso Vladimir Putin anunció que su país prohibirá las exportaciones de granos.
El precio de los alimentos aumentará, pero todavía no se sabe cuánto,
pronosticó Brown. "Lo que sabemos es que el del trigo, el maíz y la soja ya
estaban más caros a principios de este mes que en agosto de 2007, antes de que
se rompiera el récord del precio de los granos", añadió.
Los gases
invernadero liberados a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles
concentran la energía solar en la atmósfera. Especialistas climáticos prevén que
se mantenga el aumento en la cantidad y en la intensidad de las olas de calor y
que haya más sequías.
El calor y los incendios costaron la vida a
cientos de personas en 2009 en la peor sequía sufrida en Australia en más de un
siglo. También perjudicó al sector agrícola.
En Europa ocurrió algo
similar en 2003. Murieron 53.000 personas, pero los cultivos no se vieron tan
afectados.
Si la ola de calor que sufre Rusia se hubiera abatido sobre
regiones productoras de granos como donde se ubican Chicago y Beijing, las
consecuencias hubieran sido mucho peores porque cada una de ellas produce cinco
veces más que aquel país, precisó Brown.
Las pérdidas ascenderían a
entre 100 y 200 toneladas de granos, con consecuencias inimaginables para el
suministro de alimentos.
"Lo que ocurre en Rusia es una llamada de
atención sobre la vulnerabilidad del suministro de alimentos", remarcó.
El clima de la Tierra se recalienta y la mayoría de los cultivos son
sensibles al calor y a la falta de agua.
La producción de arroz cayó de
10 a 20 por ciento en los últimos 25 años, en Tailandia, Vietnam, India y China
por el recalentamiento global, según una nueva investigación de la Universidad
de California.
Datos recabados en 227 haciendas bien irrigadas muestran
una importante disminución en producción debido a las altas temperaturas que se
registran en la noche, según los investigadores.
"Cuanto más calientes
son las noches, más disminuye la producción de arroz", informó el lunes Jarrod
Welch, de la Universidad de California, en San Diego, y sus colegas de
Proceedings of the National Academy of Sciences.
Estudios anteriores
llegaron a conclusiones similares en terrenos experimentales, pero esta es la
primera vez que ocurre en condiciones reales y a gran escala.
Con tanta
presión sobre el suministro de alimentos sencillamente es un error utilizar 25
por ciento de la producción de granos para producir etanol para usar como
combustible de automóviles, remarcó Brown.
"Hay que eliminar de a poco
los subsidios al etanol y disminuir realmente las emisiones contaminantes de
forma urgente", añadió.
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